Prisma Internacional

Nubes negras sobre Bosnia y Herzegovina

Las interferencias rusas en la vida política de los Balcanes, a través de Serbia y la entidad serbia de Bosnia y Herzegovina, la República Srpska, pueden llevar la inestabilidad a esta región y generar una crisis de impredecibles resultados y consecuencias. Las turbulencias nacionalistas, sobre todo procedentes de los serbios de este país, amenazan la frágil paz tejida por alfileres en los Acuerdos de Dayton firmados hace treinta años. 

Tras una grave crisis política en Bosnia y Herzegovina, en la que el poder judicial y la comunidad internacional presente allí representada por el Alto Representante Internacional para Bosnia y Herzegovina, Christian Schmidt, han tratado de destituir al presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, hasta haberlo conseguido, en agosto de este año, la tensión vuelve a este país que hace apenas treinta años puso fin, mediante los Acuerdos Dayton, a una guerra que desangró a esta joven nación, dejando en el camino unos 140.000 muertos y un abismo de desconfianza entre las tres comunidades convenientes.

El ya ex presidente de la República Srpska, Dodik, es uno de los líderes serbios que lleva planteando desde hace años la secesión de la entidad política que agrupa a los serbios y que posee, tal como quedó definido en los Acuerdos de Dayton, el 49% del territorio de Bosnia y Herzegovina. Los serbios de Bosnia nunca se sintieron ciudadanos de ese país, motivo por el cual se alzaron en armas en el año 1992 contra las autoridades bosnias, comenzando la guerra civil en esta nación, y siempre anhelaron la integración de la República Srpska -fundada por los criminales de guerra Ratko Mladic y Radovan Karadzic- en la vecina Serbia. 

Dodik, que cuenta con el apoyo de presidente serbio, Alexsandar Vucic, ha visitado este año Moscú, donde se reunió con su presidente, Vladimir Putin, y nunca ha ocultado que recibió el apoyo del máximo líder ruso en sus pretensiones de acabar con la presencia del Alto Representante Internacional en Bosnia, al que considera “ilegítimo”. También Putin simpatiza con la posibilidad de que la República Srpska pueda independizarse algún día y ser anexionada por Serbia, como propone Dodik, quien, por cierto, es un gran admirador de Israel, porque, según él, ambos países tienen muchas similitudes. 

El 23 de noviembre de este año están previstas por las autoridades bosnias elecciones presidenciales en la República Srpska y, casi con toda seguridad, Dodik no podrá participar, porque está procesado, aunque su partido, la Alianza de Socialdemócratas Independientes (SNSD), ya ha presentado un candidato, Sinisa Karan, en sustitución del presidente depuesto, e incluso hay muchas posibilidades de que gane las elecciones. 

Dodik, líder indiscutible de los serbios de Bosnia 

Sin embargo, la sombra Dodik seguirá presente en la vida política bosnia y continuará siendo, sin duda, el referente del nacionalismo serbio en Bosnia y Herzegovina. Siempre en el centro del debate, Dodik ha asegurado recientemente que el Reino Unido, Francia y Alemania planean organizar una "revolución de color naranja" en Serbia para desestabilizar y desmembrar el país y debilitarlo. También para incendiar los Balcanes y debilitar a los serbios. Asimismo, Dodik afirmó que Occidente está obligando a la República Srpska a celebrar elecciones anticipadas ilegítimas para socavar los Acuerdos de Dayton, respaldados por Estados Unidos y que pusieron fin a la guerra de Bosnia (1992-1995), y crear una administración dócil a los intereses de estos países. 

La falta de reflejos políticos de la Unión Europea (UE), que ha dilatado sine die la integración de los Balcanes orientales en esta organización, podría agravar en los próximos meses la tensión en Bosnia y Herzegovina y que el clima se vaya caldeando. La amenaza de los líderes serbobosnios de celebrar un referéndum sobre la cuestión secesionista es real y un escenario no descartable en el corto plazo, tal como ha sugerido Dodik en numerosas ocasiones. La integración de Bosnia y Herzegovina en la UE es la única salida para conjurar esa amenaza, asegurar la estabilidad política y económica de este país y consolidar definitivamente los Acuerdos de Dayton, llamados a garantizar la soberanía y la integridad territorial de este país, elementos constituyentes y fundamentales de un verdadero Estado. ¿Serán capaces los líderes europeos de comprender la amenaza letal que se cierne sobre los Balcanes?