La mirada de Ulisas

Un mundo donde se unan los corazones y se despierte la conciencia

Bella Clara Ventura
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LA MIRADA DE ULISAS ama la poesía. ¡Y cómo no! Sabe que es alimento para el alma. Esa mirada también posee alma y corazón, como ya lo hemos visto en sus textos. Halla en la poesía vida y sabiduría. Y ahora que el mundo pasa por momentos tan oscuros, donde la luz y la oscuridad se enfrentan en guerras y desastres universales, el atisbo de Ulisas enfatiza sobre temas de interés. Anhela detenerse en mejores deseos para el mundo y llevar mensajes de paz en estas fiestas navideñas y la proximidad del nuevo año 2024, que en contadas horas tocará el aldabón de nuestras puertas. Para ello, la sensibilidad de la mirada se vale de un poema de su amiga y entrañable poeta colombiana Lilia Gutiérrez Rivero, poema ganador del Concurso Mundial de Poesía en Castellano de la Academia Mundial de Arte y Cultura, 2023. Es una mujer que le ha puesto el empeño a darle poesía a sus innumerables seguidores en el Jardín Botánico de Bogotá. No es de extrañar que haya escogido ese bello escenario para la entrega. Se viste de naturaleza y de ciencia. El bohío de la poesía donde se realiza el evento trasciende fronteras y se proyecta cada final de mes. Sus invitados son nacionales e internacionales. Ella invita a la palabra para darle eco y sintonía en los espíritus que buscan el verbo poetizar y en él hallan su lugar. También se abrió otro umbral poético en la Feria del libro de Bogotá, la Filbo, otro portal de “Poesía Sin Fronteras”, como nombra a sus espacios, manejados con altura y excelentes resultados desde hace años. Cada evento goza de la presencia de exquisitos poetas para darle sol a las orillas que le fueron otorgadas para difundir poesía. Poeta, escritora y gestora cultural de incansable y radiante labor, nos entrega este poema, que al entender de la mirada de Ulisas, lleva una misiva que se debe resaltar:

PAÍS SOÑADO

 

Hay un país (que no es el mío)

donde la noche es mediodía

y los iluminados tejen el futuro.

 

Un país (que no es el tuyo)

de esperanza deshojándose en los hombros

y la armonía que se prolonga en los abrazos.

 

Hay un país (que no es de ellos)

de peldaños, espejismos y juguetes.

 

Un país (que no es el nuestro)

donde no existen armas

en las palabras ni en las manos.

 

Un país

que protege el destello

de abejas y alas migratorias

de la mañana hacia la tarde.

 

Sin embargo,

me jugaría la vida

 

por sus montañas, por sus ríos, por sus olas.

 

Por los aromas, las flores, las frutas

por las flautas, los tambores, los tiples, las guitarras.

 

Me jugaría la vida

por las manos que tejen los instantes

por la palabra no enunciada, por una mirada y la sonrisa

por la contemplación de una estrella en la Vía Láctea.

 

Hay un país en el envés del tiempo

que llega al corazón antes de despuntar el alba.

Ante los iluminados versos de Lilia Gutiérrez la mirada de Ulisas piensa que el mundo, que no es el nuestro todavía, es posible gracias al empeño de todos los seres, que se detengan en cada metáfora para hacerla suya al tomar de la mano la miel de las abejas y la música de flautas, tambores, tiples y guitarras. Y entre todos sería un logro, al borrar odios e indiferencias, para hacer de nuestro hábitat, este planeta que boquea su aliento debido a tanto maltrato por parte de las personas ajenas a su bienestar, un mundo donde se unan los corazones y se despierte la conciencia. Ya casi pisando el 2024, que sea este poema el llamado para realizar el sueño de la mirada de Ulisas, que busca de manera desenfrenada sembrar paz y amor.  Y su deseo más hondo se pronuncia para que sus ojos lejos de ser nublados por lágrimas de tristeza hallen la nitidez de una imagen que la subyugue: ver a cada individuo hacerse al propósito de una siembra de amor universal que plante la luz en la existencia de cada persona para que en su pecho florezcan bondades y esplendores; un altruismo que se nutra de odas al amor y cobije las acciones de la paz. La mirada de Ulisas, conocedora de nuestros alcances para el bien y para el mal, sabe que en nuestras manos está, como está la miel del poema y su música. Escuchemos su clamor que visita nuestros corazones, que aún heridos, pueden sanar. Feliz año 2024 les desea la mirada de Ulisas con votos para que tengan caricias en piel y alma con la suma de sonrisas y la multiplicación de los panes.

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