Ars Gratia Artis

Manuel Quintana Martelo. Plano, proceso, pintura

Manuel Quintana Martelo, es un artista de referencia en el arte español; sus orígenes se encuentran  en Santiago de Compostela y su inicial formación transcurre en la Escuela Superior de Bellas Artes Sant Jordi de Barcelona, potenciada por las experiencias vividas en la cosmopolita ciudad, en los años sesenta y setenta; y en ese aspecto, no podríamos entender el sentido de su trayectoria sin tener en cuenta esa circunstancia que va más allá de la cronología de los hechos.

Comienza la construcción de su obra desde el conocimiento académico que incluye el interés por Goya, Rembrandt y Goethe y el acercamiento a postulados de vanguardia, entre ellos el  Informalismo europeo y el Expresionismo abstracto, que encarnaban artistas de su preferencia como eran Pollock, De Kooning o Kline. La asimilación propiciará unos principios estéticos que ya anuncian una personalidad definida favoreciendo la adopción de nuevos usos y argumentos en cuanto al manejo de los códigos de la pintura. 

Manuel Quintana Martelo Fotografía Vari Caramés
Manuel Quintana Martelo Fotografía Vari Caramés

El plano como concepto preliminar, la coexistencia de una abstracción que se contrapone a componentes figurativos y la significación del dibujo, testimonio que da fe del punto inicial de la idea y su recorrido, son cuestiones que ya están presentes en los proyectos tempranos. Tales planteamientos dan lugar a series que reflejan sus inquietudes así como el proceso de trabajo; el diálogo con otros aspectos compositivos es constante y está presente en algunas creaciones de los setenta: “ El pacto de Yalta” (1977),  “Cercos-as”, expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (1979) o “Crónica desde Rembrandt” (1978-1979) en la Galería Adriá de Barcelona (1979).

En los años ochenta Quintana Martelo traslada su residencia a Galicia y participa de la ilusión de unos tiempos históricos que coinciden con grandes transformaciones en el país; su obra se muestra más aérea y menos compleja aunque manteniendo sus inequívocas señales: la construcción inicial de líneas geométricas sobre el plano vacío y el asentamiento de objetos y figuras potenciados por la luz como elemento de peso. 

Se interesa por los problemas que afectan al ser humano e incorpora esas preocupaciones a sus búsquedas. A principios de los años noventa pasa largas temporadas en Nueva York y la ciudad le ofrecerá renovadas propuestas que se irán acoplando a su modo de ver, mientras la dualidad figuración- abstracción se vuelve más poderosa fomentando la tensión visual entre lo reconocible y lo sugerido. Una de las series que mejor expresa ese contraste es “ From Schlinder´s list” (1994), inspirada en el drama del holocausto y en el film de Spielberg; el artista pone de nuevo, a disposición en cada creación los recursos estilísticos, intensificando el mensaje con la capacidad de la pintura; objetos y formas acaban adquiriendo un valor simbólico.

14 St Union Square. Nueva York, 1993
14 St Union Square. Nueva York, 1993

La plenitud se revela en esa etapa americana; es una revolución silenciosa que agita los principios y la transformación viene del interior; el encuentro con la urbe incluye la consideración hacia otros aspectos, en apariencia menos significativos, relacionados con rincones callejeros. Las papeleras del Soho son inspiradoras, se presentan ante el artista plenas de sugerencias y motivarán la incorporación, en las nuevas composiciones, de objetos insospechados; serán unas veraces e inquietantes naturalezas muertas que evocan el género pictórico de huella europea que manifiesta la belleza de lo inanimado. En las creaciones resultantes, el autor extrema los planteamientos y a veces sitúa la acción repartida en dos bandos de color que acogen realidades contrapuestas. Lo inservible, los restos desechados condenados a un final pero en los que todavía queda un rayo de esperanza; la alusión a la belleza de la vida simbolizada en rosas, calas o ramilletes de limones que en su sentido metafórico aluden a la promesa; fardos de periódicos, alegorías ensalzadas por el fuerte poder visual de la letra impresa conviven con otros objetos que son testimonio de la vida en el taller; también la presencia de la luz y la corporeidad del color sugieren una posible regeneración. 

Y esa fuerte corriente de pensamiento ha derivado en nuevos proyectos que se han concretado a partir de 2012, en forma de series que aluden a la idea de reciclaje; se trata de obras planteadas a una mayor escala en las que el sentido tridimensional se apodera del gran plano y arroja nuevos elementos quizás más dramáticos, fruto de la observación, del impacto causado por la presencia de los grandes contenedores que forman parte del paisaje de las ciudades que el artista visita; conlleva el proceso habitual de historiar los momentos por medio de bocetos, dibujos preparatorios y acuarelas; los enormes recipientes en los que se acumulan escombros y residuos a la espera de una inevitable destrucción y renacimiento, son inesperados modelos de recreación. Algunas de esas obras se refieren a determinadas calles de Madrid: Velázquez, Limón o Lope de Vega y constituyeron el hilo argumental de la exposición “ Containers, 2012-2021”, exhibida en el MARCO de Vigo y, a continuación, en la Sala Rekalde de Bilbao, entre 2021 y 2022.     

Entre tanto, el tiempo va transcurriendo y Quintana Martelo prosigue su trayecto e incluye en su hacer la escultura, ejerciendo desde hace más de una década como Presidente de la Real Academia Gallega de Bellas Artes. Y si consideramos la simbología del viaje en cuanto a la búsqueda esencial a través de la creatividad son reveladoras sus palabras: “ descubrir el camino y pintar sobre el camino”.