Prisma Internacional

Lástima que era mi país

Leo las noticias de los cincuenta adolescentes judíos expulsados de un vuelo por cantar en hebreo y siento vergüenza ajena. Sigo leyendo y este repugnante hecho ocurre en mi país, concretamente en el aeropuerto de Valencia, y en una compañía de las que opera en el mismo, Vueling para más señas. Me sonrojo de asco, ira y rabia. El piloto de este avión  había sido el maestro, por cierto, de los “genios” del atentado contra las Torres Gemelas, en 2001. 

Se trata de Iván Chirivella, de 49 años, quien relató su experiencia como instructor en la academia de aviación Jones Aviation, donde se formaron los terroristas Mohamed Atta y Marwan Al Shehhi, y quien, según parece, no siente ninguna simpatía por los judíos. La compañía  Vueling lejos de suspender al piloto por su conducta deplorable y ruin, aparte de incalificable por ensañarse con unos niños, ha apoyado tal acción y en un comunicado ha justificado la misma por “razones de seguridad”. A este paso alguien acabará justificando Auschwitz por las mismas razones. Se lo merecían, dirán, esos malditos judíos.

La versión dada por la compañía, como era lógico, no ha convencido a nadie. Los padres de los adolescentes y organizadores del viaje, así como el Gobierno de Israel, desmienten esta versión y afirman que se trató de un “acto antisemita”, motivado por la religión del grupo, algo que parece absolutamente obvio y que, además, ha causado un gran revuelto a nivel internacional. Los medios franceses, de donde provenía el grupo, israelíes y en otras partes del mundo se han hecho eco de la noticia y Vueling se ha convertido en la compañía neonazi de moda, con su Mengele particular, el caza judíos local Chirivella. 

Para más deshonra nacional, nuestro ministro de Transportes, el inefable Óscar Puente, llamó  "niñatos israelíes" a los jóvenes expulsados del avión de Vueling y el Memorial del Holocausto Yad Vashem le acusó inmediato de antisemitismo, por justificar tan reprobable hecho. El Yad Vashem respondió al ministro: ”Señor Óscar Puente, confundir su identidad religiosa con una nacionalidad extranjera es antisemitismo". La institución enfatizó que "mientras cada año huyen de Europa miles de familias judías amenazadas, se espera de un representante público respeto y que no aliente el odio”.

Puente, que es un genuino representante del gobierno más antisemita de la historia de España -superando con creces a los ejecutivos de Francos que nunca llegaron tan lejos como el de Pedro Sánchez- acabó eliminando su post justificatorio del acto antisemita de su cuenta de X, pero ya el daño estaba hecho y era de dominio público internacional, quedando, una vez más a la vista, el talante antijudío de este ejecutivo, No olvidemos que el gabinete de los hermanos Marx de Sánchez llegó a reconocer a Palestina tras el ataque terrorista del 7 de octubre de Hamás contra Israel todavía con la sangre fresca de los asesinados y mientras los israelíes enterraban a sus muertos, en un gesto nausebundo y pérfido que ningún judío olvidará. 

Precisamente, y en un momento caliente en el conflicto de Oriente Medio, este hecho tuvo que ocurrir en España, la tierra donde hace ya quinientos años los judíos fueron expulsados por el simple hecho de ser judíos y que ahora es el país de la Unión Europea (UE) que abandera el antisionismo más radical en el continente. Este hecho es muy significativo y revela que todavía prevalece un antisemitismo brutal en nuestra sociedad, a pesar de que casi no hay judíos. Pero también muestra a las claras cómo operan los mecanismos del odio para criminalizar a las víctimas. Vueling, lejos de retractarse por lo ocurrido y pedir disculpas, ha optado por criminalizar a los jóvenes judíos y ha lanzado una serie de injurias y calumnias contra el grupo por su “peligrosidad” (¿?) y por, supuestamente, haber puesto en peligro la seguridad del vuelo. Es la típica estrategia de los violadores cuando acusan a sus víctimas de ser las responsables del delito por llevar prendas demasiado ligeras que incitan a cometer la violación. Es peligroso ser judío en la España de Sánchez.