Imaginese que un día cada 5, usted no tiene derecho a faltar al trabajo (pase lo que pase), no tiene derecho a comer, a hablar con sus hijos, o a dormir, durante 24h.
Imaginese también que le dan un camastro en el suelo, una cama usada las horas previas por alguien al que usted no conoce, o una colchoneta sin sábanas porque “al trabajo no se va a dormir”
Imagine que no tiene derecho a huelga efectiva, y las guardias de 24h, tienen una cobertura del 100%, porque es usted un servicio fundamental de su país, y pueden morir médicos trabajando, pero no enfermos, que eso es su culpa.
Imagine además que vive en un país donde hay derecho a la lactancia, a la conciliación, a faltar al trabajo si uno tiene una enfermedad (con su baja correspondiente) y a cobrar horas extra, para todos, menos para los médicos.
Y ahora imagínese cómo se puede sentir este colectivo, de 200.000 personas, con formación de mínimo 10 años, la nota más alta en procesos selectivos, y conocida por su resiliencia, cuando llevan 3 días escuchando que el resto de trabajadores se sienten “ninguneados” “maltratados” y “silenciados” porque quieren trabajar 2,5h menos.
Bienvenidos al maravilloso mundo del médico español.
Todo por el paciente, sin el médico.
