Eppur si muove

Fuga de cerebros y descerebrados

Fuga de cerebros y descerebrados
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En física, la definición de trabajo es igual a la fuerza realizada por un cuerpo en un desplazamiento. W = F x D: trabajo es igual a fuerza por distancia. Esto quiere decir que, si una persona está aplicando una fuerza manteniéndose quieta, D = 0, físicamente hablando, podríamos decir que dicha persona no está realizando ningún trabajo.

Sin desplazamiento no hay trabajo” podría ser el lema de toda esa gente que huye del país en busca de este, ya que aquí no lo hay. ¿O sí? Cierto es que hay muchos gremios con una demanda de trabajo muy alta: fontanería, albañilería, el sector de la construcción en general... Trabajos donde se puede ganar mucho dinero si se trabaja mucho, y he aquí el principal inconveniente: pocos quedan ya que estén dispuestos a hacerlo, el problema de la mano de obra es una realidad latente.

Tampoco lo tienen fácil los jóvenes con ideas empresariales, cosidos a impuestos, que hacen que el hecho de ser autónomos no se les pase ni por la cabeza.

En cuanto al ámbito científico-tecnológico, es una pena (una verdadera desgracia, más bien) perder a tanto estudiante brillante debido a la precarización. Estamos regalando nuestro conocimiento a otros simplemente por la falta de oportunidades en un país donde no se prima ni la cultura ni el conocimiento. En vez de apostar por llegar a ser una fuerza competente en esta área, por crear referentes que animen a la juventud a formarse y dediquen su talento a la investigación y desarrollo, se premia el cortoplacismo y se deja de lado el espíritu del esfuerzo y la dedicación.

Por todo ello, hoy en día los chavales buscan nuevas maneras de ganarse la vida, a poder ser sin levantarse del sofá, con horarios intempestivos y demás ventajas; ventajas que sólo ven ellos y a esas edades, claro está. Vivimos de una manera donde todo el mundo mira por el individualismo y poco o nada por lo colectivo, y una de las consecuencias es esta moda del desplazamiento a cierta zona pirenaica. Dicen que no hay mucha vida social, no hay playa... pero para estar sentado las 24 horas frente al ordenador está bastante bien. Además, se ahorran un montón de dinero en impuestos; esos de los que se han beneficiado para conseguir la calidad de vida que les ha hecho posible llegar a donde han llegado; si es que eso es llegar a algún sitio del que sentirse orgulloso. El otro punto de vista sería acerca del uso que se les da a esos impuestos declarados: chiringuitos de todos los colores, financiaciones ilegales, etc. que a veces, es verdad, dan ganas de irse al otro lado de los Pirineos o a la Conchinchina.

Normalmente las fugas más ruidosas se producen con personas que se llevan una buena cantidad de dinero, pero que a fin de cuentas no son tan importantes en cuanto a la mejora de nuestra especie, por lo que no hay que preocuparse en demasía; ya saben: a enemigo de oro, puente de plata.

Eso sí, no apostar por la investigación y desarrollo y permitir la fuga de cerebros es formar talentos para que los aprovechen otros. Y la culpa no la tienen los que se van, eso es algo que hay que tener claro, ya que, en este país, a las oportunidades les ocurre como a tantos y tantos políticos de primera plana, que ni están ni se les espera.

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