La economía de los soñadores
La economía del futuro, una economía del bienestar, debe ser creada por hombres y mujeres que aman, por soñadores.
La conciencia europea debe nacer dentro del individuo, porque la percepción de una Europa unida, al igual que la de la propia integridad interior, solo puede surgir desde dentro.
El más mínimo elevamiento del nivel de ser de un solo hombre es capaz de disipar la pobreza histórica de naciones y civilizaciones enteras, y de conducir épocas dominadas por la guerra y el miedo hacia una era de paz.
Las naciones también sueñan
Solo una conciencia europea puede dar origen a los Estados Unidos de Europa. Las naciones sueñan como los individuos: nacen y mueren como ellos. Y, como los individuos, una nación debe aprender a soñar.
Europa: un proceso interior
Los Estados Unidos de Europa no pueden imponerse desde fuera: son la consecuencia natural del crecimiento interior y del desarrollo de una conciencia europea.
Ser europeo no significa habitar en una determinada área geográfica. Ser europeo es pensar como europeo, vivir en un país impregnado de creencias y tradiciones europeas y, sobre todo, sentirse europeo. Ser europeo es un proceso de dentro hacia fuera: significa cultivar en cada ciudadano una conciencia europea, un sentimiento interior de patriotismo europeo, una idea consciente y eterna de una nación unida llamada “Europa”.
Educación para una nueva civilización
El papel central de la educación en esta nueva era del hombre será vital para la supervivencia y evolución de nuestra civilización.
Será necesario un sistema de ideas capaz de preparar esta nueva especie humana: una clase dirigente libre de conflictos, hombres visionarios y gestores capaces de redefinir los conceptos centrales que rodean la ética, la economía y la espiritualidad.
Una generación de líderes capaz de armonizar antagonismos que han parecido eternos: economía y ética, acción y contemplación, poder financiero y amor.