Abrir la mente y el corazón

Emigrar con hijos: Tomás

Como les conté anteriormente al emigrar el 1º trámite que hay que realizar es obtener el Número de Identificación Extranjera, NIE.

Hasta que no se realiza ese trámite, no se puede hacer ningún otro, ni siquiera inscribir en el colegio a los niños, por lo que luego de realizar el trámite del NIE, urgía realizar la inscripción por sistema a los colegios de mis hijos, para que no perdieran un solo día de clases. 

El curso escolar estaba ya iniciado, y debían adaptarse a todos los cambios: conocer escuela, profesores, compañeros, y también ponerse al día con las tareas del colegio. 

La inscripción a los colegios no fue compleja, pero si llevó su tiempo. Se realizaba de forma telemática y había que seleccionar 5 de la totalidad de escuelas de Zaragoza. Entonces se nos planteó el interrogante de cuál elegir,  mis hijos venían de una escuela de origen alemán por lo que pusimos como número uno en la lista tanto en la solicitud de Tomás como de Avril, escuelas públicas bilingües alemán. En el caso de Avril se le concedió la vacante, y fue entonces que ingresó en el 1º año de la Escuela Secundaria del Colegio Miguel Catalán de Zaragoza, y debo decir que una excelente escuela pública.

Tomi - María Rut Agnoli
Tomi - María Rut Agnoli

Pero con Tomás no fue así: “a Tomi le tocó más difícil”. Del listado de escuelas solicitado se le asignó una alejada de casa, a unos 4 km, residíamos en el centro de Zaragoza, esta escuela estaba en un barrio llamado San José, casi en uno de los límites de la ciudad.

Recuerdo el 1º día de colegio, luego de acompañar a Avril a la puerta de su cole e irnos, porque el frío helaba, y nos empezábamos a descomponer, nos dirigimos a la escuela de Tomás, que estaba en el otro extremo literal de Zaragoza con respecto a la de Avril: barrio de San José, entonces tomamos tranvía y bus. Ahora que lo pienso debimos haber presentado una solicitud apelando, dado que los 2 colegios se encontraban muy lejos el uno del otro, pero no lo hicimos, en la vorágine del momento muchas veces no te das cuenta de las cosas.

Llegamos a la escuela, nos metimos en un bar para tomar un café y una leche al tiempo, en el caso de Tomi, para entrar en calor.

Y así cuando llegó la hora, dejé a Tomi con su mascarilla puesta (ya que todavía se usaban), parece que fue hace tanto tiempo, pero apenas pasaron 3 años, y me fui con todos los miedos y angustias de dejar a mi niño.

Tomi acababa de terminar el jardín de infantes en Argentina, el 16/12/2021, para ser más exactos, y empezaba aquí en España el 1º grado casi a la mitad, en el 2º trimestre ya iniciado. Además, es necesario destacar que la situación de Tomi era diferente, ya que se trataba de: un niño pandemia, pero: ¿Qué quiere decir eso? En el 2020 Tomi estaba en sala de 4 años del jardín de infantes. En Argentina el aislamiento por la pandemia fue muy extenso, siendo que durante todo el curso 2020 los niños no fueron al colegio, la destrucción total de la parte social en un momento crucial de la vida para un niño. Al año siguiente, la situación mejoró solo levemente, y en su sala de 5 años (el preescolar), se concurría al colegio cada 15 días en las llamadas “burbujas” en las cuales les ante un síntoma de gripe se aislaba a toda la clase, y ya se interrumpía esa vuelta al colegio.

Fue así como Tomi comenzó el colegio en Zaragoza, ese 1º día lo fui a buscar, y me quedé conversando con su maestra en la puerta, que era una maestra de suplencia, me dio el listado de materiales para comprar, y los libros.

Al leer la lista no entendía la mitad de las palabras que leía, si bien hablo español de nacimiento, en el español de Argentina hay muchas diferencias, así es como tuve que aprender palabras nuevas como: rotuladores (fibrones), plastijovi (ceritas), folios (que para mi son otra cosa, y las llamamos hojas), bolígrafos (birome), y una infinidad de palabras y frases que hoy sigo incorporando y aprendiendo. Tengo algunas anécdotas con respecto a ello graciosas y que ya les contaré.

Los primeros meses de Tomi en el cole fueron duros en cuanto a la parte pedagógica, como les dije anteriormente, Tomi es un niño pandemia y venía muy atrasado tanto en la parte social como pedagógica de Argentina, por los casi 2 años de encierro, y ausencia de ir al jardín.

Esa situación se agravó dado que acababa de terminar el jardín de infantes y aquí lo habían adelantado, ya que por su año de nacimiento debía estar en 1º grado. Siendo que empezó 1º grado a la mitad, y encima prácticamente los niños ya sabían leer y escribir, y Tomás no. 

De todas maneras, él volvía contento del colegio, estaba haciendo nuevos amigos, y no fue hasta que nos entregaron su 1º boletín que nos dimos cuenta de que no le estaba yendo bien en el cole, lo desaprobaron en varias materias, y me llamó la atención porque en ningún momento se nos informó de su evolución hasta el momento de la entrega del boletín.

En mi país esas cosas son diferentes, si hay algún contenido que afianzar, se avisa, se notifica a los padres y se trabaja juntos, el binomio familia-docentes, y en esa escuela cuyo nombre preservaré, no fue así.

En ese momento pedimos reunión con la tutora para manifestar nuestras inquietudes, y la respuesta la puedo resumir así: “no se preocupen 1º grado no se repite”, no salía de mi asombro al escuchar esas palabras, ya que no se trataba de no repetir, sino de que un niño se sienta socialmente integrado, contenido, escucharlo, y saber cómo se siente, más cuando es un niño que ingresa recientemente, de otro país y en la situación en la que estaba Tomi.

Socialmente con respecto a los otros niños estaba muy bien, lo único que escuchaba de su maestra titular cuando regresó, es que es muy tímido, y casi no hablaba con los adultos (todavía se usaba mascarilla). Debo reconocer que Tomi es un niño tímido, pero: ¿hay algún pecado con eso?, es introvertido, y siempre lo será, es su forma de ser, y desde casa lo trabajamos , pero es triste que muchas veces los docentes que tiene la responsabilidad de enseñar con amor e integrar en la escuela, el ambiente sociabilizador por excelencia, en lugar de ello etiquetan y estigmatizan, y eso lo conozco bien porque además de mamá soy docente formada en la Universidad.

Así que los docentes pueden hacer daño a la autoestima de un niño, así como también pueden ser lo más maravilloso en su vida, de acuerdo con el tipo de docente del que se trate.

Tomás terminó su 1º grado aprobando todo porque desde casa acompañé su aprendizaje, aun cuando en el colegio no me enviaban los libros para que repasáramos porque como les dije anteriormente la respuesta fue: “no te preocupes que 1º grado no se repite, no es necesario que estudie en casa”. Es un niño muy inteligente, e identificadas las dificultades lo logró.

Al año siguiente solicitamos el cambio de escuela nuevamente por sistema telemático de la Comunidad de Aragón, y se nos negó. Fuimos entonces con el papá personalmente a Inspección General de Educación de Zaragoza a preguntar el motivo, y se nos informó que solo se realizan gestiones por cambio de domicilio, que podíamos apelar pero que no se iba a dar vía a la solicitud. 

Salimos muy preocupados, no queríamos que Tomás fuera nuevamente a esa escuela. Pero como todo en la vida: una de cal y una de arena: acababa de volver de viajar como voluntaria a Kinshasa, en *República Democrática del Congo, y allí conocí a gente maravillosa, que me derivó en otra gente maravillosa. Fue así como conocí a Estela, una argentina de Mar del Plata que desde 1981 vive y trabaja en el Hospital de Kinshasa, quién me contactó con Ana Belén, docente del Colegio de Fomento Sansueña de Zaragoza, yo quería colaborar en la comunidad en Zaragoza. Y el día que nos rechazan la solicitud de cambio de colegio de Tomás, recibo la llamada de Ana Belén para invitarme a una reunión que se celebraría en Villanoa, una asociación de las escuelas de Fomento. En ese encuentro conocemos a Juan Herminio, el director del Colegio de Fomento Montearagón (de niños) de Zaragoza, y debo decir de ambos, tanto Ana Belén como Juan Herminio, excelentes personas, y ángeles que se cruzaron en el camino cuando era necesario.

Es así como Juan Herminio nos invita a conocer el colegio y su proyecto, pero se trataba de un colegio privado, y no sabíamos cómo hacer para poder pagarlo. Juanher, nos informó  que podíamos solicitar una ayuda, y es así como hicimos cuentas, y nos gastamos, o mejor dicho, invertimos, los últimos ahorros familiares (fruto de la venta del coche de Argentina, ya no había fondo de emergencias), pero en lo personal salud y educación no son gasto sino inversión, y si bien en ese momento teníamos muchos miedos, inseguridades, no solo por la parte económica sino por volver a cambiar a Tomi de cole, y porque se trataba de un colegio de solo varones.

Resumo el resto del año escolar de Tomi así:  en su 2º grado de escuela primaria en el Colegio Montearagón de Zaragoza le cambiaron la vida. 

En nuestro querido Montearagón conocimos a un grupo humano invaluable, con valores, donde se promueve la solidaridad para con el prójimo, la unión de la familia, y los niños, además los profesores tienen una formación de excelencia para dar clases. Su tutor de ese momento: Don Rubén, excelente maestro y persona, súper comprometido con la integración y el aprendizaje de Tomi.

En lo personal pienso que no se puede ser buen profesional sin ser buena persona, y Don Rubén reúne esas 2 condiciones. Así fue como Tomi, que los primeros días no quería entrar al colegio, ya que deseaba volver a su otro cole, luego de un tiempo se adaptó, se potenció, hizo nuevos amigos y el plus mejoró notablemente sus resultados académicos.

Tomás estuvo solo un año en el Colegio Montearagón de Zaragoza, pero fue un año bisagra para él y para nuestra familia también, porque sucedieron cosas muy complicadas y las personas de allí, y mi querida Ana Belén, siempre estuvieron para ayudarnos.

Por motivos laborales al año nos trasladamos a Villanueva de la Cañada, en la comunidad de Madrid (empecé a trabajar allí), y ahí hubo otro cambio de colegio para Tomi. 

Y si, calculo que a esta altura estarán de acuerdo conmigo en que la vida del que emigra no es fácil, lleva tiempo asentarse. Y en Villanueva fue empezar todo de nuevo, pero ya más adaptados.

Hoy dedico esta columna a todos los padres y madres que angustiados están luchando contra el estigma y las etiquetas, contra el sistema, que muchas veces solo ve números, no permite cambios, y no ve niños, vidas humanas, que están siendo formadas y tienen necesidad de flexibilidad y un poco de tiempo y comprensión.

También dedico esta columna a: Estela, Silvia, a toda la gente que conocí en República Democrática del Congo (que haya paz), Ana Belén, Juan Herminio y Don Rubén, a los ángeles que se cruzaron en el momento oportuno para ayudar a esta familia que lo necesitaba, y sobre todo a Tomi, y en lugar de etiquetarlo entendieron que no todos somos iguales, que cada uno tiene sus tiempos, y que para que un niño sea feliz necesita amor, comprensión y tiempo.

Fuerza mamás leonas podemos lograrlo, aunque también estamos peleando y transitando nuestras propias batallas internas.

Hasta la próxima.

  • Mando un fuerte abrazo y recemos por la paz en la República Democrática del Congo, estas semanas ha habido conflictos sociales y violencia. Abrazo a los voluntarios de la Fundación Amigos de Monkole y los trabajadores del Hospital de Monkole en Kinshasa.