Pocas escenas más terroríficas se han podido ver que las que se están viviendo en estos días en La Comunidad Valenciana. Escenas dantescas, pero también de una inmensa solidaridad entre la gente. No seré yo quien juzgue los reflejos que uno pueda tener frente a las catástrofes, ni siquiera el video de un vecino poniendo en peligro su vida para ayudar a otro que al ver flotar su coche en el agua se suelta para ir detrás de sus pertenencias. Y no lo seré porque la vida, a veces, depende de lo poco o mucho que tengas y las reacciones no siempre pueden controlarse.
Lo cierto es que esa inmensa manta de agua, esa ola arrolladora ha segado vidas y bienes como una guadaña. No ha respetado ancianos o niños, huertas ni industrias, casas ni vidas. Ha sembrado el caos, un lugar oscuro e incierto donde sale lo mejor y lo peor de cada uno. El Tribunal de las Aguas, un Tribunal milenario, la institución de Justicia que dicen más antigua de Europa reunido todos los jueves en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, debería ampliar su trabajo juzgando, por una vez, a las aguas mismas.
El agua y la sequía. La vida y la muerte. La albufera. Presas y barrancos. Desesperación, impotencia, ira. Mucha ira de los hombres, que no acabamos de aprender a convivir con una naturaleza no siempre pacífica. Y es que la mayor parte de los muertos de la DANA se han producido en lugares huérfanos de una buena planificación urbanística. Zonas de riesgo, inundables, cartografiadas; zonas urbanizadas hasta donde las aguas, sin nada que las detenga, han bajado por torrenteras, hondonadas, barrancos y cauces secos hasta llegar a entramados de carreteras, viviendas, edificios y polígonos industriales, arrasando e inundado todo a su paso.
Y aquí llegan las preguntas con respuestas: ¿Cuál es la institución encargada de impedir construir en las zonas inundables o de cauces de los ríos? Las Confederaciones Hidrográficas, según la Ley de Aguas ¿De quién dependen? Del Ministerio de Transición Ecológica ¿Quién debe establecer las limitaciones en el uso de las zonas inundables para garantizar la seguridad de las personas y bienes? El Gobierno y las Comunidades Autónomas mediante normas complementarias a la normativa estatal ¿Cuántos sistemas de información pueden avisar o alertar de riesgos? Varios: el Sistema Automático de Información Hidrológico (SAIH) de las Confederaciones; las meteoalertas de la Agencia Estatal de meteorología (AEMET); la Red de Alerta Nacional de Protección Civil (RAN) la Red Nacional de Información sobre protección Civil (REENAIN); la Red de Comunicación de Emergencias del Estado; el Sistema Integrado de Comunicaciones Digitales de Emergencia del Estado (SIRDEE); la Red Nacional de Radio Emergencia (REMER) para radioaficionados voluntarios permanentes, todas ellas en el ámbito de Protección Civil; las del ministerio de Defensa; y, cómo no, la de los Organismos autonómicos de emergencias 112 ¿Cómo se comunican las alertas y avisos? Por la web, por los teléfonos, por las redes sociales, por megafonía, sirenas y el Est-Alert que complementa a los sistemas tradicionales y permite enviar a un área concreta vía 4G o 5G alertas de forma masiva salvo que el teléfono esté apagado o no disponga de cobertura, proporcionando una capa adicional de información y alcance a la población.
¿Qué falló? Aunque no lo sabremos exactamente a menos que se lleve a cabo una investigación exhaustiva que depure las responsabilidades, parece que lo que falló es que se estaba más preocupado por la posible ruptura de las presas de Buseo y, sobre todo, de Forata que, con 37,30 hectómetros cúbicos, estaba sobrepasada que del crecimiento del caudal de la Rambla del Poyo que produjo los desastres. No es la primera vez que las alertas y las respuestas a las inundaciones fallan en Europa. En julio de 2021, unas inundaciones repentinas en Alemania causaron 189 muertos. Un análisis del sistema de alerta de inundaciones reveló que presentaba graves deficiencias en la coordinación de los organismos implicados y la credibilidad que los ciudadanos le daban a los mensajes. Como han descubierto los economistas del comportamiento, las personas no siempre somos racionales. Por ejemplo, durante un mortífero tornado en Oklahoma en 2013, miles de personas huyeron de sus casas en coche a pesar de años de mensajes advirtiendo del peligro.
Después vienen las preguntas sin respuestas, algunas se han recogido en el periódico ABC recientemente ¿Quién vigilaba el caudal del barranco del Poyo? ¿Por qué la Confederación Hidrográfica avisa a las 18:43 con tan solo un email de la extraordinaria crecida? ¿Qué protocolo siguió la Confederación Hidrográfica? Por una parte, dijo que su protocolo interno le obliga a notificar caudales superiores a 150m3/s, pero por otra dice que no estaba obligado a informar del barranco del Poyo. ¿Por qué el ministerio no intervino antes con la presa de Forata? Parece ser que el secretario de Estado de Medio Ambiente, no llamó hasta las 20 horas a la Generalitat para hablar sobre el riesgo de rotura de la presa y en el mejor de los casos la ministra Ribera intentó contactar, según sus palabras, entre las 19:30 y las 20h ¿Por qué avisó tan tarde la Generalitat, cuando en el Centro de Cooperación Integrada, en calidad de Comité asesor, estaban representantes del ministerio del Interior y de Defensa con la obligación de evaluar, valorar riesgos y asesorar sobre los medios y recursos necesarios?, ¿por qué el Estado no declaró el nivel 3 de emergencia o el estado de Alarma si además de la Ley del Sistema Nacional de Protección Civil, el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil (PLEGEM) y la Ley Orgánica de los estados de alarma, sitio y excepción, las normas de la propia Constitución Española le autorizan para ello?, ¿no será que el que tenía capacidad no quiso asumir la responsabilidad?
En todo caso, el Plan Territorial de la Generalitat es claro sobre lo que debe aportar cada quien, la Generalitat los centros de Coordinación de Emergencias, los medios de extinción de incendios forestales, los servicios de vigilancia medioambiental, la Policía de la Generalitat, la asistencia sanitaria y los recursos que las consellerías aportan con los planes sectoriales de Albergue y Asistencia, Sanitario, de Carreteras y de Transporte y de Seguridad. La Administración del Estado, desde las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, su servicio de Protección Civil, las Fuerzas de Orden Público y las Fuerzas Armadas. También es responsable de la actuación del Centro Meteorológico y de las confederaciones hidrográficas del Júcar y Segura, y participa en las labores de los planes sectoriales de Seguridad y Carreteras. La Administración Local, desde las diputaciones provinciales, de los servicios de los Consorcios Provinciales de Bomberos, y del Plan Sectorial de Abastecimiento. Los ayuntamientos de la Policía Local, los parques municipales de Bomberos de las capitales de provincia, y de la actuación de las Agrupaciones Locales de Voluntarios de Protección Civil.
Y luego las actuaciones de los responsables políticos. Del presidente de la Generalitat Valenciana faltan horas en su agenda. De los ministros sobran declaraciones y faltan actuaciones y diligencia: Teresa Ribera ni estuvo ni se la espera. Diana Morant declaró que “hubo conversaciones, pero no fueron las adecuadas”; Margarita Robles que “Se envió lo que solicitaron” “Todo el mundo se ha visto superado por la magnitud", "Desde el minuto uno el Ejército y la UME estaban ahí", se fue con equipos de drones a la zona, pero la situación climatológica y la lluvia era de tal magnitud que no se pudo volar”, y del propio presidente Pedro Sánchez “Si necesita más recursos, que los pida”.
Como colofón y ante las dudas sólo se puede decir que el presidente de la Generalitat continúa en la brecha dando la cara sin que en ningún momento haya infravalorado críticas o manifestaciones, politizadas o no, y comparecerá antes las Cortes Valencianas para explicarlo. Le honra. Pero el mismo presidente que visitó en diez ocasiones la isla de la Palma y una sola la Comunidad Valenciana, de la que salió por la retaguardia, ni siquiera comparecerá ante el Congreso para explicar lo que realmente ha pasado, estará junto a Ribera en la cumbre del clima dando lecciones; Teresa Ribera una alumna aplicada para Comisaria Europea y, en Valencia, una inexistente ministra de Transición Ecológica, responsable de la Confederación Hidrográfica del Júcar que, según la Generalitat, no les convocó a las reuniones de ese día, en las que estuvieron la Delegación del Gobierno, la AEMET, la Dirección General de Carreteras y la Guardia Civil.
Lo que sea sonará, como atronaron las aguas en los oídos de los valencianos.