Disquisiciones

Con derecho al arte

El arte permite explorar lo que pretende un cerebro creativo que despliega las alas de su inspiración y talento, que logra con su obra una estimación artística o un valor histórico relevante cuando se trata del patrimonio de los pueblos.

El creador artístico talla la roca, da forma al pensamiento en el mural, es orfebre de la filigrana del ingenio de lo que quiere señalar. En el escultor es la pasión que moldea una piedra en bruto, hasta lograr la figura que retiene su mente inquieta y plasma en las pupilas de los demás. Es ímpetu de quien cavila en un lienzo los trazos de sus líneas y con los colores de la paleta da vida a la pintura que estampa su imaginación. Unas personas excepcionales que resultan igual que los caminantes iluminados por la palabra del cielo estrellado de la poesía, que con nudos marineros de versos y rimas lleva a puerto seguro letras de sentimiento y admiración.

Las expresiones de esos forjadores de sueños, permite a los críticos encontrar en el claroscuro de la pintura una profunda sensibilidad o en la obra artística un singular trabajo, que cotizado en determinados círculos de ojos avizores forma colecciones de representaciones artísticas que además de constituir expresión de identidad, llevan implícito un valor económico singular reservado para pocos privilegiados.  

El tema presenta una arista interesante, con el comercio disfrazado de legalidad y tráfico de bienes artísticos que se convierten en el refugio de capitales provenientes de mafias y lavados de dinero, ladrones de arte que introducen obras en el mercado negro y lo utilizan en transacciones del bajo mundo del delito, mercado ilegal de objetos de arte, contrabando de piezas y compra de obras que son expresión cultural de un país.

Teniendo en cuenta el anacronismo normativo, es necesario un  marco jurídico internacional para la protección de bienes culturales, es imprescindible la cooperación internacional, la estricta vigilancia del patrimonio de cada nación para combatir a ladrones de esas obras, acciones internas para salvaguardar piezas artísticas, en cuanto la riqueza mafiosa ha logrado acceder a un mercado especializado que en la práctica resulta inabordable a la investigación criminal, porque esos capitales que hacen el milagro de borrar memorias logran también que el comercio del arte en la ilegalidad se convierta en fuente de pago y trueque, e incluso en operaciones financieras de tráfico de armas y drogas de la mafia donde los objetos artísticos son utilizados como una forma segura de inversión y excelente rentabilidad. Pero además, invertir en obras de arte e interés cultural, es favorable muchas veces, por facilidad de su transporte, conservación y venta en los mercados internacionales.

Mientras tanto, una minoría de coleccionistas privados se reserva el derecho a contemplar esa riqueza que cautiva y transan dentro del comercio convencional y legal, pero otras veces, dichas creaciones resultan en manos de la mafia que las trafica y ni siquiera comprende realmente todo lo que significan y representan.