En la ciudad de Rancagua, a 85 kilómetros al sur de Santiago de Chile, se está llevando a cabo el Campeonato Nacional de Rodeo Chileno, popularmente conocido como “Champion de Chile”. En su versión número 76, miles de aficionados repletan la “Medialuna de Rancagua”, en la cual caballos y jinetes practican el deporte nacional. Mientras el fútbol en Chile da cuenta, a veces, de un mal comportamiento de los hinchas, el rodeo chileno fuertemente arraigado en el campo chileno, tiene en Rancagua un ejemplo de “chilenidad” y de amor al caballo de pura raza. Para llegar al Champion, los jinetes deben clasificar en rodeos que se van desarrollando durante toda la temporada, desde Arica a Magallanes. Se estima que unos 40 mil chilenos practican el rodeo, que es un deporte único en el mundo. Entre 1893 y 1900 se registraron los primeros caballos chilenos de pura raza, lo que constituye el registro más antiguo del continente americano.

El rodeo chileno, es considerado deporte nacional desde 1962. La medialuna, en donde se practica el rodeo, tiene un radio de 22,5 metros y en el caso de Rancagua, su capacidad es de 12 mil espectadores. El rodeo chileno, básicamente consiste en que dos jinetes - una collera - deben atajar un novillo en 3 ocasiones, en un lugar definido llamado “zona de atajada”. Cada atajada da un puntaje, dependiendo de en qué parte del animal es atajado. Los caballos deben estar registrados, ser hijos de inscritos y tener la morfología acorde con la raza chilena. Los jinetes deben cumplir con un estricto protocolo en su vestuario y en las monturas. Existen normas de protección al caballo y a los novillos que serán atajados, lo que garantiza el cuidado animal.

En Chile hay más de 500 medialunas y la normativa del rodeo es generada por la Federación de Rodeo Chileno, existiendo también una Federación de Criadores de Caballos Raza Chilena. El “huaso chileno” cuida a su caballo con gran esmero y la familia completa participa en esta actividad, la que va acompañada de música chilena con “cantoras” de renombre, las que junto a la guitarra y el arpa, completan un espectáculo fabuloso. Es notable, que tras casi 500 años, en que un fraile proveniente de Carmona- Andalucía, Rodrigo González Marmolejo, fundara el primer criadero de caballos en las cercanías de Santiago de Chile, el caballo -de pura raza chilena- se haya perpetuado en el corazón del campo chileno, dando cita a un deporte, tanto o más popular, que las corridas de toros de España.