Reflexiones Australes

A 50 años de Franco

Desde Chile, un país lejano de España, pero cercano en afectos, resulta in entendible que el gobierno, la prensa y la TVE estén dedicados a llevar adelante y promover una centena de actos para celebrar la muerte de Francisco Franco. Cuando la gran mayoría de la sociedad española, esperaría resolver las fuertes divisiones internas que se aprecian, se decide profundizar la grieta y recordar eventos de hace décadas. Aunque no le guste a los líderes progresistas, en la España de hoy hay descendientes de personas que sufrieron desde distintas veredas. Aprovecharse de una situación coyuntural, como lo es el ejercicio del poder, para contar una historia sesgada de la España del siglo pasado, no parece prudente. Ya los partidos de centroderecha y de derecha como el PP y Vox, han disentido de la realización y participación en estos actos divisorios. Mucho más urgente hoy, es apoyar con fuerza el derrocamiento del dictador Maduro de Venezuela, que afecta a una nación hermana de España. Se suma a Cuba, y Nicaragua, dictaduras feroces, sin cambios a la vista. Falta consecuencia en los líderes europeos para entender que Maduro no se irá por las buenas. Hacer gárgaras con soluciones democráticas, es una quimera en la Venezuela de hoy, como lo era en el Chile del 73, cuando era parte de la órbita soviética. Ojalá que los españoles cuiden sus fronteras desbordadas por la inmigración ilegal, como en Chile, que en 10 años han llegado 1,5 millones de inmigrantes, la mayoría ilegales. Desde Sudamérica queremos ver una España que mire hacia adelante y que logre ordenar sus prioridades y alcanzar la unidad. Ni a España ni a Chile les conviene seguir anclados en un pasado sobre el cual jamás nos pondremos de acuerdo. Cada uno tiene su historia y debemos respetarla. La libertad de opinión sobre los hechos del pasado es un derecho irrenunciable de los ciudadanos.