La Comisión Europea impuso esta semana una multa de 2.950 millones de euros a Google por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital. La respuesta desde Washington no se ha hecho esperar. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con represalias comerciales contra la Unión Europea, a la que acusa de “desfalcar” a las tecnológicas estadounidenses mediante sanciones y regulaciones que considera “discriminatorias”.
Trump expresó su malestar primero a través de su red social Truth Social, donde aseguró que la multa “es una injusticia que el contribuyente estadounidense no tolerará”. Horas después, en declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, advirtió de que su administración podría recurrir a la sección 301 de la Ley de Comercio, un procedimiento que permite investigar prácticas extranjeras consideradas perjudiciales y que puede desembocar en la imposición de aranceles adicionales a las exportaciones europeas.
“El ingenio estadounidense no puede ser castigado de esta manera”, afirmó. “Si ellos obligan a nuestras empresas a pagar, entonces nos tendrán que pagar a nosotros. No podemos permitir que Europa siga con estas prácticas”.
El mandatario también recordó que Google ya ha pagado 16.500 millones de dólares en sanciones desde 2018 y que Apple fue objeto de multas “que deberían devolverse”. Para Trump, Bruselas actúa de forma sistemática contra Silicon Valley y citó como ejemplos la legislación sobre servicios digitales y mercados digitales, a las que ya había calificado recientemente de “ataques injustos a la innovación estadounidense”.
La multa impuesta a Google es la segunda más alta de su historia y la Comisión Europea ha dado al gigante tecnológico 60 días para proponer medidas correctivas. Si no lo hace, podría obligársele a vender parte de su negocio publicitario. Según Bruselas, la compañía favoreció sus propios servicios en detrimento de competidores desde al menos 2014, afectando gravemente a la competencia.
Este nuevo frente entre Washington y Bruselas llega en un momento de tensión creciente, cuando ambos bloques aún tratan de implementar el acuerdo comercial firmado en julio. EE.UU. mantiene sus aranceles a los automóviles europeos en el 27,5%, pese al compromiso de rebajarlos al 15%.
Trump, que hace apenas unos días cenó con los principales directivos tecnológicos, incluidos Mark Zuckerberg y Sundar Pichai, insistió en que su gobierno “no permitirá que Europa siga atacando a las empresas que son motor de innovación y empleo en Estados Unidos”.