El anuncio del Premio Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado ha generado una histórica reacción global entre la diáspora venezolana y sectores democráticos internacionales. La dirigente, considerada una de las voces más firmes contra el régimen de Nicolás Maduro, recibirá el galardón "en nombre del pueblo de Venezuela", según ella misma expresó, resaltando que el reconocimiento pertenece a quienes han resistido, luchado y sufrido por la libertad de su país.
Machado ha sido identificada como un símbolo de liderazgo valiente, responsable y consecuente, que ha enfrentado persecución política durante más de una década. Su trayectoria está marcada por expulsión del Parlamento, prohibiciones de salida del país, inhabilitaciones electorales y más de un año de clandestinidad, medidas con las que el gobierno buscó su silencio. Sin embargo, su figura se expandió dentro y fuera de Venezuela, inspirando a millones y proyectando la causa democrática hacia el escenario internacional.
"El régimen creyó que inhabilitarla era inmovilizarla. Pero ya era tarde: su mensaje ya estaba sembrado en el corazón de Venezuela", afirman quienes celebran el galardón. Pese a no poder viajar desde hace años, Machado consiguió consolidar una estructura global de apoyo que hoy reúne exiliados, defensores de derechos humanos y gobiernos democráticos.
La entrega del Nobel ha sido interpretada por sus seguidores como un homenaje a las víctimas de represión, a los presos políticos y a quienes murieron soñando con una Venezuela libre. El comunicado destaca que se trata también de un reconocimiento a los venezolanos que emigraron forzosamente, convertidos en "embajadores de la Venezuela noble y trabajadora" en países que los han recibido, especialmente España.
El movimiento ciudadano enfatiza que el premio no solo honra la resiliencia del pueblo venezolano, sino que también compromete a continuar la lucha hasta lograr una transición democrática. "Este premio nos estimula y nos obliga a darlo todo. Sigamos con nuestras luces encendidas hasta conquistar la libertad", expresan los portavoces del movimiento en el exterior.
La magnitud de la celebración internacional reflejó la fuerza del respaldo: 130 ciudades en 31 países registraron manifestaciones y actos de apoyo, evidenciando que la causa venezolana se mantiene viva más allá de las fronteras.