Entrevista

Paloma Moro: "El espíritu de EmprendES es ayudar"

Paloma Moro habla sobre el papel del emprendimiento rural, la sostenibilidad y el apoyo que impulsa la Fundación Carlos Moro a través de los Premios EmprendES
Los 3 finalistas Premios EmprendES, Miel79 (ganador) vinos y natursnacks
photo_camera Los 3 finalistas Premios EmprendES, Miel79 (ganador) vinos y natursnacks

Desde Valbuena de Duero, pero con una sólida trayectoria internacional, Paloma Moro dirige con visión y compromiso la Fundación Carlos Moro de Matarromera. Licenciada en ADE, emprendedora y profesora de liderazgo en la Universidad de Copenhague, Paloma es también presidenta de Bodegas Emina. En esta entrevista con El Diario de Madrid, nos habla del propósito que impulsa a la Fundación, del valor del emprendimiento rural frente a lo urbano, del impacto real de los Premios EmprendES y del papel transformador que juega la sostenibilidad, especialmente en los pueblos. Una conversación para comprender cómo el campo también innova, colabora y enseña.

¿Qué propósito personal y colectivo está en el origen de la Fundación Carlos Moro? ¿Qué papel cree que debe tener una fundación empresarial en la transformación social?

La Fundación Carlos Moro de Matarromera se creó por el deseo expreso de mi padre, junto con su hermana y generaciones anteriores de mi familia. Somos una familia que lleva muchas generaciones en el campo, dedicados a la agricultura, a los viñedos, al entorno rural. La Fundación nace con tres propósitos principales: el primero, mejorar el bienestar del entorno; el segundo, preservar y promover la cultura y valores rurales; y el tercero, el apoyo al emprendimiento rural. Es en este tercer pilar donde nacen los Premios EmprendES, que me encomiendan a mí llevar.

Paloma Moro y Carlos Moro de Matarromera
Paloma Moro Dirksen y Carlos Moro de Matarromera

En cuanto al papel de una fundación empresarial en la transformación social, creemos que debe ser una forma de devolver —como dice mi padre— a la tierra lo que esta nos ha dado. Nosotros hemos creado empresas, hemos creado valor, y queremos también dar y devolver algo a la sociedad, al entorno y al medio ambiente.

¿Qué significa emprender desde lo rural hoy en día? ¿Está infravalorado frente al emprendimiento urbano o tecnológico?

Yo creo que ahora mismo los emprendedores rurales no tienen mucha visibilidad, quizás porque están más alejados de los focos informativos de las ciudades. No se les ve tanto. Pero gracias a las infraestructuras, los medios y la comunicación que hay hoy, desde un pueblo se puede llegar a cualquier parte del mundo.

Además, emprender desde lo rural tiene ventajas: se está muy cerca de la naturaleza, del campo, se vive con buena calidad de vida. Y si ese pueblo tiene buenas infraestructuras, se puede llegar tan lejos como desde una ciudad. Así que no, no está infravalorado en esencia, pero sí más invisibilizado.

El Premio EmprendES ha crecido en visibilidad, pero ¿cómo garantiza la Fundación que su impacto no se limite a un reconocimiento simbólico?

Esta es una pregunta súper importante. Los Premios EmprendES sí tienen una aportación económica, pero no es lo más relevante. Lo más importante es el apoyo integral que damos a los emprendedores.

Los tres finalistas entran en un periodo de aceleración de seis meses en el que reciben mentorías personalizadas según las áreas donde más lo necesiten: digitalización, financiación, comunicación, modelo de negocio, acceso al mercado, etc. Tenemos asesorías de nuestros colaboradores para trabajar cada parte de su empresa. Además, el ganador recibe un paquete extra de apoyo. Queremos que tengan éxito, que realmente puedan sacar adelante sus proyectos y consolidarlos.

¿Cuál ha sido el proyecto o historia humana que más le ha marcado como presidenta de la Fundación?

Te diría que esta es la pregunta más difícil de todas, porque me cuesta muchísimo elegir uno. Precisamente lo que más me conmueve es la variedad de proyectos que llegan desde tantos pueblos distintos de España, todos tan diversos y con tanta capacidad de soñar. Son personas muy valientes, con una gran capacidad de innovación a partir de productos naturales. Estar en el jurado y ver todos estos proyectos es un privilegio. De verdad, yo siento que casi gano el premio cada vez por la oportunidad de escuchar estas historias tan bonitas.

¿Qué diferencia a un proyecto ganador de EmprendES frente a otros? ¿Importa más la innovación, el arraigo al territorio, el impacto ambiental o la capacidad de generar comunidad?

Es una evaluación global que hacemos con base en varios parámetros objetivos. En la primera fase, donde se seleccionan los tres finalistas —que para nosotros ya son ganadores—, buscamos proyectos que tengan enfoque en sostenibilidad, innovación y potencial de escalabilidad. No buscamos ideas únicamente: tienen que ser empresas que ya funcionen, aunque sea de forma pequeña, y que tengan hueco en el mercado.

Luego miramos su capacidad de crecimiento, de crear empleo —porque estamos luchando contra la despoblación rural—, y en la segunda fase evaluamos también su evolución durante el periodo de aceleración. Todo eso cuenta para elegir al ganador.

Más allá del premio, ¿cómo apoya la Fundación la consolidación real de estos proyectos? ¿Se ha creado una red de colaboración entre ellos?

Sí, totalmente. Hacemos eventos donde están invitados todos los finalistas y ahí hacen networking. Ya se están dando colaboraciones reales. Por ejemplo, dos de los tres finalistas actuales Nature Snack y Miel79 están explorando crear unos snacks con miel. Vino Key también está hablando con nosotros sobre trazabilidad. Estas conexiones entre ellos dan lugar a nuevas oportunidades y colaboraciones reales. Se está creando una red viva entre los proyectos.

¿Cree que la sostenibilidad en el mundo rural tiene algo que enseñar a los entornos urbanos y corporativos?

Sí, totalmente. Los emprendedores rurales llevan la sostenibilidad en su ADN. Están inmersos en la naturaleza, y eso les hace pensar de forma más holística. Se nota cuando diseñan sus modelos de negocio o desarrollan productos nuevos: ya están pensando en ecología, en cómo hacer las cosas de forma respetuosa con el medio ambiente. Es una forma de pensar que viene con el entorno y que tiene mucho que enseñar a lo urbano y lo corporativo.

¿Qué papel juega la mujer en este emprendimiento rural que ustedes apoyan? ¿Qué barreras sigue encontrando y cómo se pueden romper?

Diría que las mujeres en el medio rural emprenden igual que los hombres. No hemos tenido un foco específico en el género, pero si miro las cifras, la mitad de los emprendedores que han llegado a la final son mujeres. Eso demuestra que están muy activas, están funcionando, están sacando adelante sus negocios y teniendo éxito. Están muy presentes, aunque, claro, siguen existiendo barreras que poco a poco se están superando con estos ejemplos reales.

¿Qué lecciones han aprendido como institución tras varias ediciones de EmprendES que les hayan llevado a evolucionar su enfoque o estrategia?

Los Premios EmprendES han evolucionado mucho en los últimos diez años. Empezaron siendo solo para Castilla y León y ahora son para toda España. Al principio dábamos solo una aportación económica, pero ahora tenemos toda una red de colaboradores que ofrecen mentorías y asesorías.

También ampliamos el periodo de aceleración: era de tres meses y ahora es de seis, con seguimiento posterior. Nos parece que el mayor valor está en el conocimiento, en el "know how", en los contactos y en la visibilidad que les damos, más allá del dinero.

¿Qué lugar ocupa la educación emprendedora en el trabajo de la Fundación? ¿Visualizan modelos formativos específicos para entornos rurales?

Sí, es muy importante para nosotros. De hecho, todo el proceso de solicitud del premio ya tiene un valor pedagógico. Pedimos que nos envíen sus proyectos en un formato muy profesional, inspirado en los entornos de incubación internacionales, donde yo también trabajo (en Dinamarca, por ejemplo). Esta forma de hacerlo obliga a los emprendedores a estructurar bien sus ideas y pensar su empresa desde distintas partes.

Varios nos han dicho que solo el trabajo de presentar la solicitud ya les ha hecho repensar su negocio de una manera más profesional. Luego, en la preselección, tienen que presentar un pitch, y les damos pautas de cómo hacerlo. Esto también les entrena para futuros contextos.

En un mundo donde el emprendimiento está plagado de métricas y presión, ¿cómo promueven ustedes un modelo más humano, ético y con propósito?

No están reñidos los números con la ética o con lo humano. De hecho, es importante que las empresas funcionen, que den beneficios, porque donde hay riqueza es más fácil cuidar de las personas. Pero también es fundamental el respeto a las personas y al entorno social.

En los pueblos, esto es muy natural: muchas veces trabajan con su vecino, su primo… no se puede no respetar a quien tienes al lado. Son comunidades vivas que se fortalecen con los proyectos de emprendimiento, y estas empresas se hacen de una forma muy humana, con un respeto profundo por cada una de las personas que las integran.

Si tuviera que definir en una sola frase el espíritu de EmprendES, ¿cuál sería?

El espíritu de EmprendES es ayudar. Queremos ayudar y compartir el know-how, la ilusión, la pasión que tenemos por hacer las cosas bien. Queremos llegar al mundo desde nuestros pueblos, desde donde estamos en Valbuena de Duero, y transmitir esa ilusión también a otros emprendedores rurales, para que entre todos creemos una buena red de pymes en España.