Un estudio elaborado por PwC España y la Fundación Transforma España, titulado “Jóvenes y empresa: un nuevo contrato social”, advierte de un cambio estructural en la relación entre las nuevas generaciones y las organizaciones. Según el informe, el 80% de los jóvenes españoles prioriza trabajar en empresas con propósito y valores claros, mientras que el 73% valora más la flexibilidad y el bienestar que un salario alto o la estabilidad tradicional.
El estudio, basado en más de 3.000 encuestas y 50 entrevistas en profundidad, analiza las expectativas laborales, sociales y culturales de los jóvenes de entre 18 y 30 años. Su conclusión principal es que las empresas que no se adapten a estas demandas corren el riesgo de perder talento cualificado y relevancia social.
Propósito y bienestar, por encima del sueldo
El informe revela que los jóvenes ya no eligen su empleo únicamente por el salario, sino por la coherencia entre los valores de la empresa y los suyos propios. Un 64% afirma que dejaría una compañía que no se alinee con sus principios éticos o ambientales, mientras que el 78% exige políticas reales de bienestar emocional y equilibrio entre vida personal y profesional.
Asimismo, el 59% de los encuestados considera que el trabajo debe contribuir al bien común y al progreso social, y uno de cada tres señala que solo se comprometería con una empresa que demuestre un impacto positivo en la comunidad o el planeta.
El liderazgo tradicional pierde peso
El informe de PwC y Transforma España concluye que las estructuras jerárquicas y los estilos de liderazgo verticales han dejado de ser atractivos para las nuevas generaciones. En su lugar, los jóvenes demandan líderes empáticos, inclusivos y accesibles, capaces de inspirar y no solo de dirigir.
El 72% de los encuestados considera que su desempeño mejora cuando su superior le escucha activamente y fomenta la autonomía, y el 67% cree que las empresas deben apostar por modelos de liderazgo colaborativos y horizontales.
Según Gonzalo Sánchez, presidente de PwC España, “las organizaciones tienen el reto de rediseñar su propuesta de valor hacia el talento joven, construyendo un nuevo contrato basado en la confianza, la flexibilidad y el propósito”. Por su parte, Eugenio Galdón, presidente de la Fundación Transforma España, destacó que “la juventud no está desmotivada, sino que exige coherencia y autenticidad. Quiere trabajar para empresas que aporten algo más que beneficios económicos”.
Brecha generacional y cambio de prioridades
El estudio también identifica una brecha significativa entre generaciones dentro de las empresas. Mientras los empleados mayores de 45 años priorizan la estabilidad, el salario y el reconocimiento jerárquico, los más jóvenes valoran la autonomía, la formación continua y la posibilidad de contribuir a causas sociales.
Además, el 68% de los jóvenes considera imprescindible el trabajo híbrido o remoto, y más del 60% está dispuesto a cambiar de empleo si no se le ofrece flexibilidad horaria y geográfica.
Formación y tecnología como claves del futuro
La investigación subraya que la formación continua y la digitalización son los dos pilares que los jóvenes perciben como esenciales para su desarrollo profesional. El 82% reclama planes de aprendizaje personalizados, mientras que el 70% opina que las empresas deben invertir más en competencias digitales, inteligencia artificial y sostenibilidad.
El informe apunta que el reto para las empresas españolas es pasar de una cultura basada en el control y la presencia física a otra centrada en la confianza, la productividad y el bienestar integral.
Hacia un nuevo contrato social empresarial
PwC y la Fundación Transforma España proponen un “nuevo contrato social” entre jóvenes y empresas, fundamentado en cinco ejes: propósito, flexibilidad, aprendizaje, liderazgo inclusivo y compromiso social.
El documento concluye que la juventud no rechaza el trabajo, sino que redefine su significado. En palabras del estudio, “los jóvenes no buscan un empleo para toda la vida, sino una causa para toda la vida”.
Para los autores, el reto para las empresas españolas será convertirse en espacios de propósito, innovación y bienestar, donde los jóvenes no solo quieran trabajar, sino también crecer y trascender.