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España, al borde del precipicio fiscal: el déficit se dispara al 6,5 % del PIB, el segundo más alto de la UE

España registra un déficit del 6,5 % del PIB, el segundo más alto de Europa, pese al récord de recaudación fiscal, alerta Eurostat y expertos económicos

El PIB crece un 0,7% en el primer trimestre del año - Pixabay
photo_camera El PIB crece un 0,7% en el primer trimestre del año - Pixabay

La situación de las finanzas públicas españolas se ha convertido en motivo de alarma en Bruselas y entre los analistas económicos. Según los últimos datos de Eurostat, España cerró el primer semestre de 2025 con un déficit del 6,5 % del PIB, el segundo más alto de la Unión Europea, solo superado por Polonia (–7,7 %).

Pese a que la recaudación fiscal europea creció un 5,3 % hasta alcanzar los 4,17 billones de euros —gracias a la inflación, el aumento de las rentas y los beneficios empresariales—, el gasto público sigue disparado. En el caso de España, los ingresos no han bastado para contener el desequilibrio presupuestario.

Llevamos 18 años seguidos pidiendo dinero prestado solo para pagar los intereses de la deuda. Esto es un problema muy serio”, advierte el analista económico José Ramón Riera, que alerta de que el país “ha consumido ya el 78 % del déficit comprometido con Bruselas en solo seis meses”.

España y Francia, en el punto de mira de Bruselas

La Comisión Europea ha reactivado las reglas fiscales que obligan a los Estados miembros a mantener su déficit por debajo del 3 % del PIB, una meta que ni España ni Francia cumplen actualmente.

Mientras Francia registra un 6 % de déficit, Italia lo mantiene en torno al 2 %, e Irlanda, Suecia o Dinamarca presentan superávit presupuestario. “Europa está cumpliendo, salvo unos cuantos países que estamos completamente desmadrados”, ironiza Riera.

El riesgo, según los analistas, es que España se acerque al 150 % del objetivo anual de déficit, lo que podría derivar en una llamada de atención de Bruselas y la obligación de recortar entre 20.000 y 25.000 millones de euros de gasto público en los próximos ejercicios.

Ojito con las finanzas públicas españolas, porque acabamos de tocar la trompeta de las murallas de Jericó”, advirtió Riera en un análisis reciente, aludiendo al riesgo de que “esas murallas se desmoronen y estemos ante un auténtico precipicio fiscal”.

Déficit estructural y dependencia del endeudamiento

La deuda pública española continúa rozando el 110 % del PIB, con un ritmo de gasto que, según los expertos, resulta insostenible sin reformas estructurales. Riera señala que “España sabe gastar, pero no sabe ajustar”, y critica que el Ejecutivo no haya reducido el gasto político ni mejorado la eficiencia de las administraciones.

El economista advierte además que la tendencia de las cuentas públicas “llevará inevitablemente a más impuestos, más cotizaciones y más presión fiscal sobre los autónomos y las empresas”, al tiempo que el Estado se ve incapaz de reducir su estructura de gasto.

Europa avanza, el sur se estanca

La paradoja, según Eurostat, es que los ingresos fiscales crecen a ritmo récord, pero la disciplina presupuestaria sigue ausente en gran parte del sur de Europa. Mientras los países nórdicos y centroeuropeos logran equilibrar sus cuentas, las economías del Mediterráneo mantienen un gasto estructural creciente.

Cuando el ciclo económico se enfríe, ya no habrá colchón fiscal para amortiguar el golpe”, advierte Riera. “Estamos al límite y Europa lo sabe. Si no se corrige, el ajuste lo impondrá Bruselas, como ya ocurrió en 2012.”

Un futuro incierto para la economía española

El escenario que se dibuja para los próximos meses no es optimista. Con las elecciones generales en el horizonte y la presión de la Unión Europea para reequilibrar las cuentas, España afronta una etapa de ajustes inevitables.

Nos estamos acercando al precipicio fiscal. Si seguimos gastando más de lo que ingresamos, no habrá reforma posible que nos salve”, concluye José Ramón Riera, recordando que la sostenibilidad presupuestaria es la base de toda recuperación económica.

Con un déficit del 6,5 %, una deuda pública al alza y presiones fiscales crecientes, las finanzas del Estado entran en zona roja. Y si algo ha dejado claro el informe de Eurostat, es que Europa ya ha tocado el silbato: el tiempo de gastar sin control se ha acabado.