Automóvil

China lidera la revolución del automóvil mientras Europa y EE. UU. pierden terreno en producción y exportaciones

En dos décadas, China ha pasado de fabricar el 3,5% al 33,8% de los vehículos del mundo, consolidándose como el gran epicentro de la industria automotriz global

La antigüedad de los coches sigue al alza en España - Servimedia
photo_camera La antigüedad de los coches sigue al alza en España - Servimedia

La industria del automóvil ha experimentado una profunda transformación en los últimos 20 años, marcada por el ascenso de China como potencia productiva y exportadora, y el declive relativo de Estados Unidos, Japón y la Unión Europea. Según el informe Panorama Económico y Empresarial de octubre de 2025, la producción mundial de vehículos ha crecido un 58,5% desde el año 2000, hasta alcanzar los 92,5 millones de unidades, pero con una redistribución geográfica que ha cambiado el mapa global del sector.

China, el nuevo epicentro de la automoción mundial

En el año 2000, China apenas producía el 3,5% de los vehículos del planeta (2,1 millones), mientras que la UE, Estados Unidos y Japón concentraban el 68% de la producción global. Hoy, el panorama es completamente distinto: China fabrica el 33,8% de los vehículos del mundo, con 31,3 millones de unidades producidas en 2024, mientras las tres potencias tradicionales han reducido su peso al 34,8% del total.

Otras economías emergentes, como India y México, también han ganado protagonismo: el país asiático ya representa el 6,5% de la producción global (frente al 1,4% en 2000) y México el 4,5% (desde el 3,3% de principios de siglo).

El auge del comercio internacional y el dominio chino en las exportaciones

El comercio de productos de automoción se ha triplicado en valor desde 2000, pasando de 577.000 millones de dólares a 1,84 billones en 2024, según datos de la OMC. China ha sido el gran protagonista: sus exportaciones han crecido de 1.600 millones a 192.400 millones de dólares, y su cuota en el mercado mundial ha subido del 0,3% al 10,4%.

Por el contrario, Japón, Estados Unidos y Alemania han visto disminuir su peso conjunto en las exportaciones automovilísticas del 44,6% al 31,6%. También destaca la fuerte caída de Canadá, que ha pasado de ser el cuarto exportador mundial con el 10,5% al 3,1%.

La Unión Europea, aunque sigue siendo líder, ha cedido algo de terreno: sus exportaciones han pasado del 45,4% al 43,6% del total mundial, con un desplazamiento interno hacia los países del Este como Polonia, República Checa o Rumanía, que ganan peso frente a Alemania, Francia y España.

La era del vehículo eléctrico transforma la industria

El segundo gran cambio estructural del sector es el auge del vehículo eléctrico, impulsado por las políticas medioambientales y los avances tecnológicos. En 2015, los coches eléctricos representaban solo el 0,7% de las ventas mundiales, mientras que en 2024 ya alcanzan el 22%, según la Agencia Internacional de la Energía.

Las ventas anuales de vehículos eléctricos han pasado de 520.000 unidades en 2015 a 17,5 millones en 2024, y su presencia global supera el 4,5% del parque automovilístico. La tendencia continuará al alza en los próximos años a medida que se retiren los vehículos de combustión.

China lidera también este segmento, con 11,3 millones de coches eléctricos vendidos en 2024, lo que supone el 64,6% de todas las ventas mundiales. El país asiático se ha convertido en el principal mercado y productor de este tipo de vehículos, con marcas nacionales que están marcando el paso en innovación y velocidad de recarga de baterías.

En contraste, Estados Unidos solo alcanza el 10% de ventas eléctricas y Japón el 2,8%, mientras que la Unión Europea llega al 21%. En el continente europeo destacan Noruega (92%), Suecia (58%) y Dinamarca (56%) como los países más avanzados en electrificación.

Consecuencias globales y tensiones comerciales

El avance de China y la deslocalización de parte de la producción desde Estados Unidos hacia economías emergentes han motivado respuestas proteccionistas, como el arancel del 25% impuesto por Washington a los vehículos fabricados fuera del país. Con esta medida, Estados Unidos busca reindustrializar su sector automotriz, reducir el déficit comercial y contener el dominio chino en el mercado eléctrico.

La tendencia apunta hacia un nuevo equilibrio global en la automoción, con China en el centro, Europa intentando mantener su competitividad tecnológica, e India emergiendo como un nuevo actor clave en la fabricación y exportación de vehículos.