Comercio

El Banco de España minimiza el impacto de los aranceles de EE. UU., pero advierte de riesgos sectoriales

Comercio - Skylar Kang
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La reciente imposición de aranceles del 15 % por parte de Estados Unidos a productos europeos ha encendido las alarmas en los principales mercados de exportación de la eurozona. Sin embargo, según el análisis publicado esta semana por el Banco de España, el efecto sobre la economía española será, en términos globales, limitado. La razón: la baja exposición comercial directa de nuestro país al mercado estadounidense, que representa apenas el 4,4 % del PIB.

Aun así, el organismo emisor matiza que algunos sectores clave sí se verán afectados de forma relevante, especialmente aquellos con fuerte presencia en el comercio bilateral con Estados Unidos. El informe del Banco de España coincide con las estimaciones de la Cámara de Comercio, que prevé una caída cercana al 10 % en las exportaciones españolas hacia el país norteamericano. En cifras concretas, esto podría traducirse en unas pérdidas cercanas a los 1.800 millones de euros.

España, menos vulnerable que sus socios europeos

Según el Banco de España, el grueso del comercio exterior de España con EE. UU. está equilibrado entre exportaciones e importaciones, ambas en torno al 2,2 % del PIB. En 2024, las exportaciones totales de bienes y servicios al mercado estadounidense ascendieron a unos 16.168 millones de euros, mientras que las importaciones se situaron en torno a los 26.779 millones. A pesar del desequilibrio en el saldo comercial, la dependencia relativa del mercado estadounidense sigue siendo baja si se compara con la de otros países europeos como Alemania o Irlanda.

José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, ha subrayado que el impacto directo en el crecimiento económico será «muy limitado», aunque ha instado a no infravalorar los efectos indirectos que estos cambios podrían provocar en la confianza de los mercados, las decisiones de inversión y el dinamismo exportador.

Golpe sectorial: industria, química y agroalimentario

Donde sí se anticipan consecuencias más severas es en determinados sectores industriales. El acuerdo alcanzado entre Washington y Bruselas, que ha evitado la imposición de aranceles más altos pero no los ha suprimido del todo, afecta especialmente a la maquinaria, el material eléctrico, productos químicos, farmacéuticos y automoción.

Las exportaciones españolas de maquinaria y productos eléctricos hacia Estados Unidos podrían caer hasta un 22 % si se prolonga la aplicación de estos aranceles a medio plazo. En el sector agroalimentario, dos productos emblemáticos —el aceite de oliva y el vino— también están en la lista de los bienes afectados. España es el principal proveedor de aceite de oliva del mercado estadounidense y uno de los líderes en exportación de vinos; la imposición del arancel del 15 % podría encarecer su precio final y reducir significativamente su competitividad.

Un acuerdo que genera dudas en Europa

El pacto que ha desencadenado este nuevo marco arancelario se firmó en Escocia durante la cumbre informal entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense Donald Trump. A cambio de evitar aranceles del 30 %, la UE ha accedido a un acuerdo que incluye inversiones europeas en suelo estadounidense por valor de 600.000 millones de dólares, así como un compromiso de compra de energía por 750.000 millones adicionales.

Aunque desde Bruselas se ha celebrado el acuerdo como un paso hacia la estabilidad comercial, no han faltado las voces críticas. Diversos analistas lo califican como una “rendición estratégica” que revela la falta de liderazgo industrial y la debilidad negociadora de la UE frente a Washington. En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respaldado el pacto “sin entusiasmo” y ha insistido en la necesidad de reorientar los esfuerzos hacia la diversificación comercial, especialmente con América Latina y Asia.

Repercusiones a medio plazo

El Banco de España también advierte de un riesgo latente: el endurecimiento de las condiciones internacionales de comercio podría frenar el crecimiento previsto para este año, aunque de momento no se contempla una revisión sustancial a la baja. La institución recomienda, no obstante, vigilar la evolución de los precios, la demanda global y el comportamiento de los mercados financieros.

A pesar del escaso peso relativo del comercio con EE. UU. en el conjunto de la economía española, la coyuntura pone en evidencia la vulnerabilidad de ciertos sectores altamente concentrados en pocos mercados. De ahí la importancia de fomentar una estrategia comercial más diversificada y resistente ante tensiones geopolíticas.

Las estrategias de internacionalización frente al proteccionismo

España esquiva, por ahora, un golpe macroeconómico de gran envergadura, pero queda expuesta en sus sectores más competitivos. La situación actual es una llamada de atención para empresas y administraciones: el proteccionismo comercial vuelve a ser un factor determinante en la economía internacional, y solo una estrategia sólida de internacionalización podrá amortiguar futuros vaivenes.