El cine español ha recibido generosas ayudas públicas en los últimos años, pero algunos proyectos han terminado en un rotundo fracaso.
Películas con financiación pública, pero sin público
Coincidiendo con la celebración de los Premios Goya 2025, se ha analizado la rentabilidad de algunas de las producciones que han recibido apoyo estatal. En muchos casos, las ayudas públicas cubrieron hasta el 50% del presupuesto total, pero las cifras de taquilla muestran que el interés del público fue prácticamente nulo.
Entre los ejemplos más llamativos está Feliz no cumpleaños, que recibió un millón de euros en subvenciones pero solo recaudó 748 euros en taquilla, atrayendo a 149 espectadores. También Lo que nunca te dije contó con otro millón de euros de ayuda pública, pero apenas consiguió reunir a 211 personas, con una recaudación de 1.274 euros.
Otras películas con cifras desastrosas fueron:
- Viaje a alguna parte: 318.754 euros de ayuda pública, 872 espectadores.
- Oswald el falsificador: 255.000 euros en subvenciones, 396 espectadores.
- La revolución de las musas: 171.541 euros de fondos públicos, 69 espectadores.
Incluso documentales como Sedimentos y Tetúan recibieron apoyo del Estado con 55.642 y 45.900 euros respectivamente, pero apenas consiguieron atraer a 364 y 131 personas a las salas.
Subvenciones millonarias, pero sin impacto en la audiencia
Estos datos revelan un modelo de financiación que no garantiza el éxito ni la rentabilidad del cine español, evidenciando el riesgo de destinar fondos públicos a producciones que el público ignora por completo. El gasto en ayudas al cine sigue creciendo, pero la audiencia en las salas se reduce drásticamente, lo que plantea un debate sobre si este dinero está siendo bien gestionado o simplemente se está dilapidando en proyectos sin interés comercial.
Con este panorama, la industria del cine español encara los Premios Goya 2025 con una gran incógnita: ¿es sostenible seguir subvencionando películas que nadie quiere ver?