Anécdotas literarias de Madrid

Ramón del Valle-Inclán y Manuel Bueno: un duelo de botellas y bastones

Ramón del Valle-Inclán y Manuel Bueno: un duelo de botellas y bastones
photo_camera Ramón del Valle-Inclán y Manuel Bueno: un duelo de botellas y bastones

Corría el mes de julio del año 1899 cuando el dramaturgo Ramón del Valle-Inclán y el periodista Manuel Bueno Bengoechea discutían airadamente en una de aquellas tertulias del Café de la Montaña de Madrid y tal discusión terminó con un solemne bastonazo que ha pasado a la historia.

Todo comenzó porque en el Paseo de la Castellana habían intentado solucionar sus diferencias - de manera muy violenta - el ilustrador portugués Tomás Leal da Cámara (que se fue a vivir a Madrid entre 1898 y 1900 tras haber sido acusado en Portugal de un delito de imprenta relacionado con sus caricaturas) y el joven andaluz José López del Castillo. Pero la discusión que se debatía en la tertulia del Café de la Montaña había tomado otro rumbo y habiendo dejado atrás los asuntos del portugués y el andaluz, ahora se centraba en si tenían más valor los portugueses o quizá los españoles... Cuando la conversación ya se había recrudecido y enquistado intervino el periodista Manuel Bueno para decir a sus contertulios que el portugués no tenía la edad reglamentaria para batirse en un duelo; Valle-Inclán se enfureció tanto que insultó al periodista llamándole repetidamente ¡Majadero!, y no conforme con eso intentó propinarle un golpe con la botella de cristal o quizás con la jarra de agua que tenían en la mesa. Pero a Manuel le acompañaron los reflejos, y antes de recibir el primer golpe propinó un bastonazo al dramaturgo, atinando de tal modo que el gemelo de la camisa se le clavó en el brazo perforándole el hueso, y aunque esa herida, en un principio, se pensó que sanaría sin mayores consecuencias fue empeorando con los días, y cuando Valle-Inclán acudió al médico ya era demasiado tarde. La herida se había extendido y ya afectaba a todo el antebrazo izquierdo. Fue el 12 de agosto de 1899 cuando el cirujano Manuel Barragán decidió amputar por la altura del hombro. En aquella tertulia también participaron Francisco Sancha (caricaturista de “Madrid Cómico”, “El Liberal”, “El Sol” y “Blanco y Negro”) y Martínez Sierra (empresario teatral).

A pesar de las polémicas y de las opiniones surgidas con posterioridad entre unos y otros amigos de ambos que mantenían diferentes criterios, Ramón del Valle-Inclán se citó expresamente con Manuel Bueno para decirle más o menos: “amigo Bueno, lo pasado, pasado está. He perdido un brazo, pero me queda otro para escribir y para estrecharle la mano” y siguieron asistiendo ambos a las siguientes tertulias del Café de la Montaña, en la Puerta del Sol. Y aunque Gómez de la Serna aseguró que en un principio Valle deseaba salir a la calle para matar a su agresor, en el año 1902 escribió una crítica  muy favorable de la novela que Manuel Bueno había titulado”A ras de tierra”.  

El día 12 de diciembre de ese mismo año algunos amigos como Jacinto Benavente y Martínez Sierra propiciaron una sesión benéfica en el Teatro Lara para que se representara el primer drama de Valle-Inclán titulado “Cenizas” junto a una obra muy breve de Jacinto Benavente titulada “Despedida cruel”. Con la recaudación conseguida compraron un brazo ortopédico que Valle-Inclán nunca utilizó, pues siempre dijo que no quería llevar nada artificial. A partir de entonces bromeaba con la peripecia de su brazo y contaba diferentes versiones, todas sorprendentes e incluso divertidas. Se contó también que en más de una ocasión confesó a sus confidentes más cercanos que solamente había sentido la pérdida del brazo cuando tras la muerte de su hija no pudo abrazarla como le hubiera gustado.

En 1935 Valle-Inclán se había desplazado desde Madrid hasta Santiago de Compostela para que el doctor Villar Iglesias volviera a tratarle el cáncer de vejiga que padecía desde hacía unos años. Y ya quedó en Galicia. Murió el 5 de enero de 1936 en la habitación de un sanatorio. Según la leyenda popular murió fantaseando sobre su funeral y pasó sus últimos momentos rodeado de familiares, amigos y conocidos. El día de Reyes fue enterrado en el cementerio de Boisaca, donde ya descansaba el poeta Aurelio Aguirre (el Espronceda Gallego). Fue aquel un día especialmente lluvioso. Muy desapacible. Un anarquista intentó arrancar la cruz y con el ímpetu que lo hacía cayó a la sepultura y se rompió la tapa del féretro quedando el cadáver a la vista. Pero Joaquín del Valle-Inclán - nieto del finado - aseguró que nada de eso había sido cierto. Que todo lo que se contaba de su abuelo se debía a las fabulaciones patrocinadas por algunos periódicos sensacionalistas de Madrid. Porque, según él no fue cierto lo de que un anarquista que cayese en el hoyo y rompiese el ataúd. Aseguró que su abuelo había muerto estando ya inconsciente, y que en la habitación mortuoria estuvieron solamente tres personas, dos eran médicos del hospital y la otra su hijo Carlos que también ejerció la medicina. Los últimos tiempos de Valle fueron duros. Ya se había divorciado de la actriz Josefina Blanco, vivía alejado de sus hijos y acababa de morir su buen amigo Luis Bello Trompeta (abogado en el despacho de Canalejas y columnista en La Esfera, ABC y Blanco y Negro).

Hay quien ha afirmado que Manuel Bueno militaba en Falange Española, pero se sabe que se había establecido en Barcelona y que fue sacado de su domicilio por un grupo de milicianos y que el 11 de agosto de 1936 fue fusilado. Su cadáver terminó en el depósito del Hospital Clínico. Manuel Bueno había sido incluido por Azorín en el grupo de los autores de la Generación del 98. Era tan buen periodista que hubo quien comparó su pluma con la de Larra. Ejerció la crítica literaria en “El Globo” y en el “Heraldo de Madrid” y fue director de la revista “Madrid”. Se contaba – no se sabe si es del todo cierto – que era hijo de una religiosa vasca y de un militar argentino. Su infancia había sido especialmente triste. Su madre lo obligó a ingresar en un convento en calidad de lego cuando tenía 8 años y allí vivió hasta que estando a punto de cumplir los14 se escapó y se fue para América, donde vivió unos años. Seguramente por todo lo que le había sucedido, se consideraba un ser muy poco querido.

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