El reloj de la Puerta del Sol ha recuperado este sábado al mediodía su tradicional sonoridad tras permanecer en silencio durante diecisiete días, tiempo en el que ha sido sometido a un proceso de mantenimiento integral. La primera revisión completa en treinta años ha permitido desmontar y limpiar a fondo todas las piezas del mecanismo, incluyendo las que marcan las horas, los cuartos y las agujas.
La restauración ha sido coordinada por el equipo de relojeros que vela habitualmente por el funcionamiento de este símbolo del centro de Madrid desde su instalación en 1866. Según explicó Jesús López Terradas, uno de los especialistas encargados, el trabajo era “necesario” porque algunas zonas “habían perdido fuerza con el tiempo”, y era preferible una intervención preventiva que esperar a una avería mayor.
Para evitar que el reloj estuviera parado más de lo necesario, la intervención se dividió en tres fases. El proceso comenzó semanas atrás con la revisión del mecanismo que produce los sonidos de las campanadas. No fue hasta la noche del viernes cuando el reloj quedó completamente detenido para proceder al último ajuste antes de volver a activarse este sábado.
Desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid, sede del cual alberga este histórico reloj en la Real Casa de Correos, han valorado muy positivamente la intervención, destacando su importancia tanto técnica como simbólica.
Este reloj no solo es el que marca el cambio de año cada 31 de diciembre, seguido por millones de españoles en televisión, sino también uno de los más emblemáticos del país por su historia y su localización en el corazón de la capital. Con su regreso a la normalidad, Madrid recupera una de sus señas más características.