La huelga indefinida de recogida de basuras en Madrid entra hoy en su cuarta jornada sin avances tras una nueva reunión fallida entre los sindicatos y las empresas concesionarias del servicio. Las negociaciones volvieron a romperse la tarde del jueves, lo que ha intensificado el malestar vecinal por la acumulación de residuos en las calles y el fuerte olor que comienza a extenderse por la capital.
Pedro Morán, responsable de Saneamiento Urbano de CCOO Madrid, lamentó el resultado de la última mesa negociadora celebrada hasta las 17:00 horas, asegurando que “las empresas están jugando con los trabajadores y con los ciudadanos”. Según Morán, la nueva propuesta económica presentada por las adjudicatarias es incluso “inferior a la existente antes del inicio de la huelga”, lo que a su juicio “demuestra que no hay voluntad real de acuerdo”.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Madrid, que ha actuado como mediador, sostiene que las diferencias entre las partes no se centran en aspectos retributivos, según explicó el delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, Borja Carabante, tras una reunión celebrada en el Palacio de Cibeles junto al delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez-Páramo.
El descontento vecinal crece
En paralelo al estancamiento de las conversaciones, la ciudadanía ya sufre las consecuencias de los paros. En varios distritos, los contenedores están al límite de su capacidad y en algunos casos rebosan basura en la vía pública, con el consecuente impacto en la salubridad y en la calidad de vida.
“El olor es muy desagradable, ya no se puede pasear por la calle”, comentaba esta mañana una vecina en el programa Buenos Días Madrid. Aunque muchos vecinos muestran comprensión hacia las reivindicaciones de los trabajadores, piden una solución urgente al conflicto.
Sanciones por incumplimiento de servicios mínimos
Desde el consistorio se recuerda que los servicios mínimos establecidos garantizan la recogida de residuos cada 48 horas en todos los distritos, lo que, según denuncias vecinales y sindicales, no se está cumpliendo en algunos puntos de la ciudad. Por ello, el Ayuntamiento ha anunciado que impondrá sanciones a las empresas que no respeten estas condiciones.
La situación se agrava cada día con las temperaturas al alza y la incertidumbre sobre cuándo se resolverá el conflicto. Con las posturas todavía alejadas, el Ayuntamiento mantiene la vía del diálogo abierto, pero la paciencia ciudadana comienza a agotarse.
Madrid se enfrenta así a una situación crítica que afecta a la imagen, higiene y convivencia en la ciudad, mientras sigue sin vislumbrarse una solución inmediata.