Financiación autonómica

Alejandro Fernández avisa: “El cupo catalán es la estructura que necesitan para reactivar el separatismo”

Alejandro Fernández en un video publicado recientemente - X
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El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, no se muerde la lengua. En una entrevista en Herrera en COPE, ha cargado contra el llamado “cupo catalán”, el modelo de financiación que el Gobierno central y el País Vasco estarían impulsando para Cataluña. Según él, no se trata de una mera reforma fiscal, sino de una maniobra política que esconde un objetivo mucho más profundo: dar al independentismo las herramientas para volver a poner en marcha la máquina de la ruptura.

¿Qué implica este cupo? Fernández explica que permitiría a Cataluña recaudar sus propios impuestos y gestionarlos a través de una agencia tributaria catalana, con unos 4.000 funcionarios. Y ahí es donde, a su juicio, está el problema.

“No buscan eficiencia ni justicia. Buscan construir una estructura de Estado paralela para volver a intentar lo que ya hicieron en 2017”, advirtió con dureza.

Además, el dirigente popular augura que el traspaso de competencias fiscales sería un auténtico caos en la recaudación del IRPF y del IVA, provocando inevitablemente fraude y descontrol durante meses. “Y todo esto a costa de la estabilidad económica del país”, añadió.

La postura de Fernández no es nueva. Ya en el último congreso del PP defendió que el partido debía vetar cualquier pacto que pusiera en riesgo el orden constitucional, lo que incluía cerrar la puerta a acuerdos con fuerzas independentistas.

Aquel discurso generó cierta tensión interna. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, terminó alcanzando con él un compromiso a medias: se blindaría la defensa del marco constitucional como línea roja, pero sin llegar a los vetos explícitos que reclamaba el líder catalán.

Más allá de la técnica fiscal, lo que Fernández denuncia es el trasfondo político. Para él, no es un simple ajuste financiero. Cree que se está construyendo una infraestructura que, en la práctica, acercaría a Cataluña a un estatus casi confederal, muy similar al del País Vasco o Navarra, y que serviría de plataforma para un futuro embate secesionista.

Sus palabras llegan en un momento especialmente delicado, con el Gobierno buscando apoyos parlamentarios y ERC presionando para avanzar en sus exigencias. El PP catalán teme que esa cesión al independentismo tenga un efecto dominó en la política nacional.

Con un tono claro y sin rodeos, Fernández lanzó un mensaje al Ejecutivo de Sánchez:

“Quieren una estructura de Estado propia. Y cuando la tengan, activarán de nuevo el proceso separatista. No es una cuestión de dinero, es una cuestión de poder”.