España se ha consolidado en 2025 como uno de los países con mayor despliegue de fibra óptica del mundo, adelantándose incluso a los objetivos marcados por la Unión Europea, según el último Barómetro Telco correspondiente al segundo trimestre del año. El informe dibuja un sector tecnológicamente avanzado, pero sometido a una intensa presión competitiva sobre precios y márgenes, que impide transformar el aumento del consumo digital en mayores ingresos.
Durante el primer semestre de 2025, el número de hogares pasados por redes FTTH alcanzó los 79,8 millones, una cifra extraordinaria para un país con menos de 19 millones de hogares. Solo en el primer trimestre se añadieron 1,1 millones de nuevos accesos, confirmando que el despliegue de fibra no se desacelera pese a la madurez del mercado. Telefónica mantiene la red más extensa, con cerca de 31 millones de hogares, mientras que el grupo denominado “Resto” y DIGI actúan como grandes impulsores del crecimiento.
Uno de los hitos más relevantes del periodo ha sido el apagado definitivo del cobre, culminado en mayo de 2025. A cierre de junio apenas quedaban algo más de 4.000 clientes conectados a ADSL, lo que sitúa a España seis años por delante del calendario europeo y refuerza su posición estratégica en infraestructuras digitales.
El tráfico crece, pero los ingresos no acompañan
El informe subraya una paradoja central del sector: el consumo de datos sigue disparándose, mientras los ingresos permanecen estancados. El tráfico de banda ancha móvil creció un 13,8 % interanual, con un consumo medio de 13,9 GB por cliente y mes, impulsado principalmente por el avance del 5G, que ya representa el 18 % del tráfico total.
Sin embargo, este incremento no se traduce en una mejora de la facturación. El ingreso medio por cliente en banda ancha móvil cayó hasta los 6,95 euros mensuales, prolongando una tendencia bajista iniciada en 2022. En banda ancha fija, el ARPU se situó en 18 euros al mes, con una leve mejora trimestral que no altera la presión estructural sobre los precios.
En términos agregados, los ingresos trimestrales por banda ancha móvil descendieron un 1,9 % interanual, mientras que los de banda ancha fija crecieron solo un 0,9 %, reflejando un mercado maduro, altamente competitivo y con escaso margen para subidas tarifarias.
Competencia intensa y convergencia como refugio
El mercado español continúa caracterizándose por una competencia muy agresiva, especialmente en el segmento móvil. DIGI lideró las altas netas tanto en fijo como en móvil durante el trimestre, mientras que MASORANGE y Telefónica mantuvieron crecimientos más moderados. Vodafone España, por su parte, sigue acusando la transición de su base de clientes y la pérdida de líneas móviles.
La convergencia de servicios se consolida como principal estrategia defensiva del sector. A cierre de marzo de 2025, el 77 % de los hogares ya tenía contratado algún paquete convergente, siendo el triple play (fibra, móvil y datos) el formato que más crece, con 2,5 millones de hogares.
5G: despliegue lineal y adopción desigual
El despliegue de 5G mantiene un crecimiento constante, con más de 14.000 estaciones base activas en el caso de Telefónica y más de 12.000 en MASORANGE. No obstante, la adopción por parte de los usuarios es desigual: más del 54 % de los clientes de Telefónica y el 52 % de Vodafone ya se conectan a 5G, frente a poco más del 20 % en DIGI, que se encuentra aún en una fase inicial de despliegue.
El informe concluye que España cuenta con una infraestructura digital de primer nivel, capaz de sostener el crecimiento del tráfico y la transición tecnológica, pero advierte de que la rentabilidad del sector sigue bajo presión, obligando a los operadores a buscar eficiencia, escala y nuevos modelos de negocio para sostener la inversión futura.