La Policía Nacional ha detenido en Alcorcón a tres hombres que fueron sorprendidos mientras intentaban ocupar un local vacío en la calle Villaverde, en pleno centro del municipio. La intervención policial se produjo a primera hora de la mañana, cuando los individuos forzaron la entrada del establecimiento y llegaron a apuntalar la puerta desde el interior con el fin de impedir el acceso de terceros y facilitar la ocupación.
La alerta la dio el conserje del edificio, que escuchó ruidos extraños y observó que la puerta había sido forzada. Al llegar las patrullas, los ocupantes se negaron a salir, alegando que no tenían dónde dormir. Sin embargo, al percatarse del despliegue policial, optaron por emprender la huida a través de los patios interiores de varios edificios colindantes.
Entraron en una vivienda habitada y robaron a su propietaria
Durante la fuga, los tres accedieron a una vivienda en la que se encontraba su propietaria, quien sufrió momentos de pánico cuando uno de los fugitivos llegó incluso a forzar la ventana de la cocina para entrar. En el interior, los intrusos sustrajeron su bolso, las llaves y dinero en efectivo antes de salir nuevamente al exterior para continuar la escapatoria.
La mujer, según relataron los vecinos, se encontró de forma repentina con los desconocidos dentro de su casa, una situación que dejó al vecindario profundamente alarmado.
Detenidos con las pertenencias robadas y herramientas para forzar puertas
Los agentes lograron finalmente arrestar a los tres individuos, que intentaron dispersarse para evitar su captura. En el momento de la detención, portaban las pertenencias sustraídas a la propietaria de la vivienda, así como herramientas utilizadas para forzar accesos.
Además, uno de los detenidos figuraba como reclamado por la justicia. Todos han sido puestos a disposición judicial como presuntos autores de los delitos de daños y robo.
Vecinos denuncian un aumento de la inseguridad en la zona
Los residentes del entorno han denunciado que viven una situación “insostenible”, con ocupaciones constantes, peleas y la presencia de puntos de venta de droga en una galería comercial cercana. Según explican, en ese espacio actúan dos grupos enfrentados, lo que ha incrementado la tensión y el miedo entre los vecinos.
“Esto está a la orden del día”, asegura una vecina, que afirma temer por la seguridad de su familia. Otros residentes señalan que han vivido situaciones similares y lamentan que los procesos judiciales para desalojar viviendas ocupadas pueden tardar demasiado, lo que agrava el problema en el barrio.
El suceso ha reactivado el debate vecinal sobre la necesidad de reforzar la presencia policial y acelerar los procedimientos administrativos relacionados con ocupaciones y delitos vinculados a estos focos de conflictividad.