La ciudad de Alcalá de Henares ha querido rendir un homenaje firme y emotivo a Miguel Ángel Blanco, símbolo de la resistencia cívica frente al terrorismo en España, con la inauguración de un nuevo monumento en su honor y la apertura de la exposición itinerante La voz de las manos blancas, organizada por la Fundación Miguel Ángel Blanco.
El acto, que tuvo lugar la tarde del miércoles 19 de junio, reunió a representantes institucionales, asociaciones de víctimas y vecinos en dos enclaves del barrio de Espartales: el Centro Cultural La Galatea, donde se abrió al público la exposición, y la glorieta en la que confluyen la calle Miguel Ángel Blanco y la avenida de las Víctimas del Terrorismo, donde se descubrió un nuevo hito conmemorativo en recuerdo del joven concejal del Partido Popular secuestrado y asesinado por ETA en julio de 1997.
Un legado que no se olvida
La alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, presidió el acto, acompañada por la senadora María del Mar Blanco, hermana del edil homenajeado y presidenta de la Fundación que lleva su nombre. También estuvieron presentes la viceconsejera de Justicia y Víctimas de la Comunidad de Madrid, María del Carmen Martín García-Matos, y la directora de la Fundación, Cristina Cuesta Gorostidi, además de miembros del equipo de Gobierno municipal.
Durante su intervención, la regidora alcalaína subrayó que “la exposición y el monumento son una expresión del compromiso de la ciudad con el recuerdo de quienes fueron arrebatados de la manera más vil y despreciable”. Añadió que Miguel Ángel Blanco representa uno de los grandes emblemas de la dignidad, la memoria y la convivencia democrática en España, y que “su testimonio sigue siendo hoy una llamada a la unidad frente a la barbarie”.
Una exposición para educar en libertad
La muestra La voz de las manos blancas, que podrá visitarse en La Galatea hasta el 16 de julio, forma parte del proyecto educativo y cultural impulsado por la Fundación Miguel Ángel Blanco, con el objetivo de dar a conocer la historia de las víctimas del terrorismo y promover una memoria colectiva basada en los valores de paz, justicia y libertad.
A través de fotografías, paneles explicativos y materiales históricos, la exposición rememora las movilizaciones masivas que siguieron al asesinato del concejal de Ermua, así como el movimiento ciudadano de las “manos blancas”, que simbolizó el rechazo frontal al terrorismo y el apoyo a las víctimas en toda España.
Un mensaje a las nuevas generaciones
La alcaldesa destacó además la importancia de llevar este tipo de iniciativas a barrios de población joven como Espartales, porque “es fundamental sembrar conciencia y conocimiento sobre nuestra historia reciente, para que las nuevas generaciones valoren la democracia, la libertad y los derechos que hoy disfrutamos, y los defiendan con responsabilidad”.
En ese sentido, tanto el monumento como la exposición buscan convertirse en herramientas pedagógicas y cívicas, en un contexto donde —según denuncian varias asociaciones— el relato sobre el terrorismo etarra ha perdido presencia en el debate público y en el sistema educativo, a pesar del profundo impacto que dejó en la historia democrática española.
El compromiso de Madrid con las víctimas
La Comunidad de Madrid ha reiterado en numerosas ocasiones su voluntad de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo como parte esencial del patrimonio democrático de la región. Con eventos como el de Alcalá de Henares, se fortalece esa línea de trabajo institucional y cultural que apuesta por la verdad, la dignidad, la justicia y la reparación, sin equidistancias ni ambigüedades.
La voz de las manos blancas permanecerá abierta al público con acceso gratuito hasta el 16 de julio. El monumento, por su parte, quedará como hito permanente de memoria en el corazón del barrio de Espartales Norte, recordando a vecinos y visitantes que la libertad se defiende también desde el recuerdo.