El mundo jurídico y mediático español despide a una de sus figuras más controvertidas. Emilio Rodríguez Menéndez, abogado, empresario y personaje mediático, ha fallecido a los 75 años en el Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela de Madrid, donde permanecía ingresado por problemas de salud. Con su muerte se cierra una trayectoria profesional y personal marcada por la notoriedad, las polémicas y los enfrentamientos con la Justicia.
De los tribunales a los platós: una vida entre la ley y el espectáculo
Nacido el 16 de octubre de 1950, Rodríguez Menéndez comenzó su carrera en los años 80, rápidamente rodeado de controversia. En 1984 fue procesado por intrusismo profesional al ejercer como abogado sin estar formalmente colegiado. Pese a ello, se consolidó como un rostro habitual tanto en los tribunales como en los medios de comunicación, especialmente durante las décadas de los 90 y 2000.
Su nombre se asoció a algunos de los casos más mediáticos de la crónica judicial española. Defendió a El Dioni, el vigilante de seguridad que en 1989 robó un furgón blindado con 300 millones de pesetas, y representó a varios asesinos en serie. En los juzgados era conocido por su estilo teatral y sus estrategias dilatorias: llegó a solicitar más de 1.200 días de aplazamiento en un juicio de narcotráfico internacional.
Condenas, fugas y escándalos
Paralelamente a su actividad jurídica, Rodríguez Menéndez cultivó una intensa relación con el mundo de los medios. Fue editor del diario Ya y fundador de la revista sensacionalista Dígame, clausurada en el año 2000 por vulnerar reiteradamente el derecho a la intimidad. En 1997 protagonizó uno de sus mayores escándalos al publicar una falsa entrevista al fugitivo Antonio Anglés, elaborada con fotografías de un modelo argentino, lo que generó una gran indignación pública.
En el terreno judicial acumuló un largo historial de condenas penales. En 2002 fue sentenciado a dos años de prisión por difundir un vídeo sexual del entonces director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Años después, en 2014, recibió una nueva condena de cuatro años por estafar a inversores en un supuesto negocio de compraventa de petróleo en Argentina, país en el que además ejerció como abogado pese a estar suspendido. También fue condenado por fraude fiscal y usurpación de funciones públicas.
En 2008 huyó de España para eludir la cárcel y se refugió en Argentina, donde permaneció varios años tras la denegación de su extradición. Regresó finalmente en 2014, cuando varios de sus delitos habían prescrito, lo que le permitió evitar el cumplimiento íntegro de sus penas.
Vida personal marcada por el escándalo
Su vida privada fue tan mediática como su carrera profesional. Rodríguez Menéndez mantuvo relaciones sentimentales con figuras del corazón como Mila Ximénez, Nuria Bermúdez o Malena Gracia, y fue víctima de un intento de asesinato en 1999, presuntamente orquestado por su tercera esposa.
En sus últimos años, pese a mantener un perfil público más bajo, volvió a ser investigado por estafa en nuevas operaciones financieras y trató de regresar a la escena pública con la creación del Partido Socialista de la Justicia, un proyecto político que nunca llegó a consolidarse.
Un personaje tan mediático como controvertido
Para algunos, Rodríguez Menéndez fue un abogado audaz y mediático que supo aprovechar el espectáculo judicial. Para otros, representó el lado oscuro del ejercicio del derecho, con actuaciones que cruzaron los límites de la ética profesional y de la ley.
Su nombre figura entre los más mencionados en la crónica judicial española de finales del siglo XX, con una vida que osciló entre el éxito mediático, el escándalo y la huida.