El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se comprometió este domingo a reducir la inmigración ilegal y a reforzar con más medios y autoridad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado si llega a gobernar España. Así lo aseguró durante su discurso de clausura del XXI Congreso Nacional del PP, celebrado en Madrid, en el que fue reelegido líder de la formación con un 99,24 % de los votos.
Feijóo defendió que es “razonable reducir lo ilegal”, en referencia a la inmigración irregular, y se mostró crítico con lo que considera una falta de control actual: “No voy a mirar para otro lado ni a simplificar un problema complejo”. Afirmó que no se trata de un discurso contra los inmigrantes, sino de establecer reglas claras y firmes para un fenómeno social y económico que debe gestionarse desde el realismo y la responsabilidad.
“No puede haber garantías ni derechos sobre lo ilegal”, subrayó el líder del PP, quien también quiso marcar distancias con discursos xenófobos: “Rechazo el odio contra los inmigrantes, pero también el silencio ante el descontrol”.
Feijóo defendió un modelo de país “abierto, pero no ingenuo”, donde se dé la bienvenida a quienes vienen “a sumar y a trabajar”, pero en el que se frene con contundencia a quienes “vienen a otra cosa”. En este sentido, reiteró que quienes incumplen las normas o generan inseguridad “no tienen cabida”.
En materia de seguridad, el líder de los populares destacó que “no hay convivencia sin seguridad”, y prometió que si accede a la Presidencia del Gobierno, dotará a las Fuerzas de Seguridad con más recursos materiales y humanos, así como mayor reconocimiento y autoridad. “Los agentes merecen respeto institucional y capacidad real para hacer cumplir la ley. Y la tendrán”, sentenció.
El compromiso se enmarca en un contexto de creciente tensión en algunos municipios como Alcalá de Henares, donde la situación de los centros de inmigrantes ha reabierto el debate sobre la gestión de la inmigración y la convivencia ciudadana. Sin mencionarlo directamente, Feijóo dejó claro que no permitirá que el problema migratorio se convierta en una herramienta de enfrentamiento social, pero insistió en la necesidad de evitar efectos llamada y garantizar el control en las fronteras.
En definitiva, el líder del PP abogó por una política migratoria firme pero humanista, donde el respeto a la ley conviva con la integración y el reconocimiento del valor de los inmigrantes que cumplen con sus obligaciones. Su discurso, centrado en seguridad, legalidad y orden, se perfila como uno de los ejes de su programa electoral de cara a un futuro intento de alcanzar la Moncloa.
