Alberto Núñez Feijóo ha clausurado este domingo el XXI Congreso Nacional del Partido Popular en Madrid consolidando su liderazgo con un respaldo del 99,24% de los compromisarios, blindando su autoridad interna, reforzando los equilibrios territoriales en la nueva cúpula del partido y marcando su hoja de ruta hacia La Moncloa. Con un discurso rotundo en defensa de la regeneración democrática, la cohesión nacional y la viabilidad económica, el líder popular ha puesto fin a tres días de congreso con la vista puesta en las próximas elecciones generales.
Feijóo ha dejado claro que su proyecto se basa en la unidad, pero también en la firmeza frente a los extremos, cerrando por primera vez la puerta a un Gobierno de coalición con Vox, aunque sin vetar su apoyo parlamentario si fuese necesario. Asimismo, ha reiterado que no permitirá "ni un paso fuera de la Constitución" en sus relaciones con partidos independentistas.
Refuerzo de Madrid y Galicia en la nueva cúpula
En el nuevo Comité Ejecutivo Nacional, el líder del PP ha optado por la continuidad, pero con un claro refuerzo a las estructuras de Madrid y Galicia, sus dos bastiones más sólidos. Junto a figuras como Elena Candía, José Manuel Romay Beccaría o el exalcalde Manuel Cobo, destaca la incorporación de Cayetana Álvarez de Toledo, que regresa como vocal tras ser apartada por Pablo Casado en 2020. También se suman nombres vinculados a la Comunidad de Madrid, como Janette Novo, José Enrique Núñez Guijarro y el secretario del PP madrileño, Alfonso Serrano.
Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida han actuado como grandes impulsores del liderazgo de Feijóo durante el congreso, escenificando una candidatura de unidad que relega las tensiones internas y refuerza la cohesión del partido en torno a su presidente.
Un gobierno "de todos", sin muros ni extremos
En su intervención final, Feijóo ha prometido que, si alcanza la presidencia del Gobierno, liderará un Ejecutivo “limpio y de todos”, que gobernará desde el centro y sin exclusiones: “Se acabó el muro entre españoles”, ha proclamado. También ha lanzado un “yo acuso” contra Pedro Sánchez, a quien responsabiliza de promover la desigualdad, colonizar las instituciones y actuar al margen del principio de legalidad.
“Vamos a devolver la normalidad a la vida política”, ha asegurado Feijóo, que ha dibujado un programa de choque para sus primeros 100 días de Gobierno, con medidas como una nueva ley de lenguas, la reducción de la inmigración ilegal, un plan de vivienda y la revisión a la baja de los impuestos aprobados por el actual Ejecutivo.
Feijóo también ha asumido un compromiso claro con las pensiones: garantizará su actualización para los mayores “con viabilidad para los jóvenes”, advirtiendo que el sistema actual abandona a las nuevas generaciones y restringe sus oportunidades de futuro.
Pactos y promesas: sin coaliciones, pero con diálogo
En cuanto a sus futuros apoyos parlamentarios, Feijóo ha reiterado que no hará pactos con Bildu ni con fuerzas soberanistas fuera de la Constitución. Ha cerrado la puerta a coaligarse con Vox, aunque deja abierta la posibilidad de buscar su abstención en una investidura si la suma de escaños lo exige. De igual modo, ha evitado vetar al PSOE en términos generales, reservando sus críticas al “sanchismo”, lo que deja un margen para posibles acuerdos de Estado con sectores socialistas alejados del actual presidente.
El nuevo PP: “casa común de los españoles que creen en la libertad”
El Congreso ha servido también para aprobar una ponencia política que define al PP como la “casa común” del liberalismo, el conservadurismo, el humanismo cristiano y los votantes desencantados del socialismo, lo que Feijóo interpreta como una ampliación del espacio de centroderecha similar a la estrategia con la que Aznar logró la victoria en 1996.
Con una ovación final y el himno nacional sonando en IFEMA, Feijóo cerró el congreso asegurando que su liderazgo es “el acto fundacional de un tiempo nuevo” y que no teme convocar elecciones si no logra apoyo a sus presupuestos: “Si no me los aprueban, convocaré elecciones. Para eso están”.
En un clima de euforia, con mensajes de esperanza y promesas de regeneración, Feijóo ha mostrado su perfil más presidencial, arropado por todo el partido, con el objetivo claro de llegar a La Moncloa sin depender de los extremos y con el respaldo de una mayoría que, afirma, “va a mandar en España”.