Aunque pudiera resultar difícil encontrar a alguien que nunca haya oído hablar de Al Capone, conviene mostrar una semblanza del personaje para ubicarlo.
De ascendencia italiana, Alfonso Gabriel Capone nació en el neoyorquino barrio de Brooklin, donde desempeñó desde temprana edad distintos trabajos. Desde repartidor a portero de prostíbulos. Aún era adolescente cuando ya se había integrado en pandillas dedicadas a la extorsión, dar palizas e incluso asesinatos a la carta, en una pugna por controlar la venta de periódicos a través de los quioscos, determinando cuál se vendía y cuál no, gracias al uso de la violencia.
El gran salto llegó al trasladarse a Chicago, donde comenzó gestionando las saunas de su jefe, nutriéndolas de jóvenes del rural de 14 a 19 años, engañadas con promesas de buenos trabajos, a las que debía sustituir en 4 ó 5 años, cuando se hacían patentes las secuelas de las enfermedades de transmisión sexual, desembarazándose entonces de ellas sin el menor escrúpulo, igual que de cualquier otro que, una vez utilizado, considerase que le sobraba.
En los violentos años 20 y 30 del pasado siglo XX, el Congreso de Estados Unidos promulgó la XVIII Enmienda de su Constitución, llamada la Ley Volstead, y conocida a nivel popular como la Ley Seca, que suponía virtualmente la prohibición de producción, distribución, suministro, venta y consumo de alcohol, que estimuló a Capone a introducirse en el mundo su tráfico ilegal. Considerado una droga dañina, en ese momento aprovecharía para ejercer presión sin pudor y, aunque intentando mantener una beatífica imagen pública, preocupándose aparentemente de los más vulnerables de la sociedad, intentando vender una imagen de Robin Hood moderno, paulatinamente se le fue viendo la cara, haciéndosele imposible evitar su presencia en los medios de comunicación en compañía de facinerosos y malhechores, dedicados a todo tipo de delitos.
Capone interfirió en la Administración para conseguir colocar a distintos amigos y parientes,de manera que le dieran un trato de favor. Pervirtió la Justicia, maniobrando para emplear o ascender a distintos jueces y fiscales afines a sus intereses. Se encajó en los distintos cuerpos de policía con el fin de lanzarlos a hostigar a sus enemigos, en tanto miraban para el otro lado cuando de sus turbios asuntos se trataba. A aquellos que no lograba someter por la fuerza, la extorsión, el chantaje o el soborno, lo desplazaba, intentando desprestigiarlo, muy en particular si era alguien que le pudiera hacer sombra u obstaculizar su camino. A eso se añadió el control de la prensa y el fraude en los comicios, cediendo mediante chanchullos el escaño al mejor postor.
Abusando de los mecanismos del Estado, y por supuesto degradándolo, se extendió como una sombra por todo el aparato estatal, retorciéndolo desde la sombra y, como todo sátrapa, también envolvió a su reina, Mary Josephine Coughiln, su mujer, conocida por Mae Capone,quien pese a no participar directamente en sus actividades delictivas, gestionaba sus finanzas y otros negocios, aprovechando la posición preeminente que el gangster ocupaba.
En cuanto a su hermano Frank, el mafioso lo acomodó como representante de la familia Chicago —el gang criminal que lideraba el propio Capone— ante el ayuntamiento de Cicero.
El capo fue instalando a todos sus compinches en puestos clave, colonizando cada escalafón de la intendencia estatal, con el fin claro de aferrarse al mando.
Para cuando Los Intocables del FBI, encabezados por Eliot Ness, finalmente consiguieron llevarlo ante la Justicia bajo los cargos de fraude fiscal y blanqueo de capitales, Capone había conseguido entretejer la más compleja red de corrupción, cimentada en favoritismos, presiones y exclusiones, que le permitía controlar la cosa pública, hasta el extremo de llegar a cumplir su gran sueño de enquistarse en un poder paralelo al Estado, como colofón a haber emergido desde las cloacas.
El 31 de mayo de 2018 se inició en el Congreso de los Diputados una moción de censura, que terminaría el 1 de junio con la dimisión del entonces presidente del Gobierno de España...
