Crónicas de nuestro tiempo

Hemos despertado a la bestia

Somos muchos los que estamos contentos de ver como, algunos jueces y fiscales se mantienen implacables en un acto casi heroico, que debería ser rutinario, imitado y admirado.

Las querellas contra Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, y su hermano David Sánchez, junto con escándalos cómo el de la filtración de datos del móvil de Begoña Gómez; tráfico de influencias de Begoña Gómez; datos del móvil de Pedro Sánchez; asunto Pegasus; la extraña cesión del Sahara; las maletas de Delsy; mascarillas; tercer grado para presos de eta; retirada de medios técnicos de guardias civiles en Costas de Cádiz; indultos; amnistía; invasión en distintos poderes de tribunales de justicia; puertas giratorias; competencias discriminatorias para Cataluña y País Vasco, inmigración ilegal continuada y masificada; etc., etc., docenas de denuncias y querellas, contra el hombre que bajo una moción de censura orquestada por un cohecho legalizado, venía a sanear corrupciones; puertas giratorias; transparencia; empleo; economía y progreso.

Todo un fracaso sin precedentes en los más de 40 años de Constitución democrática -hasta que llegó él-  amparado por jueces que han demostrado ser la antítesis de la sindéresis más elemental.

El problema, no es todo lo que en una democracia normal se iría resolviendo paulatinamente hasta confluir en unas elecciones generales. El verdadero problema, se suscita como consecuencia de una serie de acusaciones en cadena, cuyo escándalo ha despertado la fiera que El rey del fango  acaudilla en sus entrañas y ahora aflora.

La torpeza de un PP confiado en un líder tan ambiguo como sobredimensionado por los suyos; esperanzado en persuadir a su admirado Sánchez, solo ha servido para reaccionar demasiado tarde. La prueba, son los últimos discursos de Isabel Díaz Ayuso, mostrando una imagen atribulada incapaz de superar el trauma de una sumisión anunciada.

Esto quiere decir, que todos aquellos que han brindado, reído y llorado de alegría, creyendo que el fin del sanchismo estaba tocando su fin; ahora van a llorar, viendo como la bestia de siete cabezas de fuego, simbolizada en el último libro de la biblia, Apocalipsis, donde en el capítulo 13 describe -y yo refundo haciendo analogía con Sánchez-

"Y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas ( Constitucional; Tribunal de cuentas; Fiscalía del Estado; Abogacía del Estado; Ezquerra Republicana; Junts; PNV; Bildu) y diez cuernos (ahora no toca hablar de la monarquía) y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo (Pedro Sánchez). Vi una de sus cabezas como herida de muerte (Begoña) pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia (Pedro Sánchez), y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia (Zapatero).

La tragicomedia descrita, representa a un "rey del fango" enloquecido, con desviar los escándalos y la amenaza de los tribunales, comenzando por; plaguear la consulta catalana; la reducción del CGDPJ en favor de una mayoría de jueces progresistas; la intervención de antidisturbios en supuestos actos violentos de manifestantes convocados por la derecha (infiltrados de ellos) acusándolos de promover un intento de levantamiento civil como en el 36; la amenaza de la aplicación de la Ley de seguridad Nacional; una moción de confianza en el Congreso; la depuración de responsabilidades de jueces y periodistas; la congelación o sobreseimiento por falta de pruebas de las causas judiciales contra ellos; la advertencia a la UE de salir de la unión en caso de injerencia...Y con todo ello, la consecución de la Confederación de repúblicas, simultaneado con las mudanzas de Leticia, Leonor, Sofía y Felipe, echando CV en Entidades bancarias de Suiza y Luxemburgo.

En el drama aquí representado, el autor de Apocalipsis vio venir el número 666 en la frente de: Margarita Robles, la primera;  Marlaska, el segundo; Conde-Pumpido, tercero; García Ortiz, cuarto; Puente, Alegría, Montero, Planas, Yolanda Diaz, Teresa Ribera, Bolaños, Albares, y todos los demás infames apesebrados capaces de lo que haga falta por defender al Caudillo y Rey del fango que nos lleva de cabeza a una entelequia pseudo demócrata/bolivariana a la europea, de mando único.

Sólo cabe reconocer cuando ya es tarde, que recelar ahora de la impavidez manifiesta de Feijóo a sabiendas que se reconoció socialista en el pasado, nos ha de enseñar que los conservadores, a veces adolecemos de cierta procrastinación y sobrada esperanza, que pagamos a un altísimo precio.

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