Sencillamente irresistibles

Gusanos y más gusanos

Las apariencias engañan, tanto como algún político enamoradísimo, con iniciales PS, que pueden completarse con OE (Es curiosa la coincidencia de iniciales) y domicilio en Moncloa, que no dice una verdad ni queriendo.

Ese político, que entiende muchísimo de bulos (podría crearse para él un título como el de “Bulólogo”, ya que no hace otra cosa que referirse a ellos e inventarlos, aconsejado, presuntamente, por sus 390 asesores y altos cargos en los que se gasta un pastón de muchos millones de euros), 

Es reiterativo y plúmbeo hasta la obsesión también en lo referido a Franco, a Isabel Diaz Ayuso y a la malvada y terrorífica ultraderecha.

Don PS y consejeros, de los que interesaría conocer nombres y titulaciones para desterrar la sospecha de que no existen, tal como ocurrió con los expertos aquellos que les asesoraban durante la pandemia, encuentran a la izquierda política, incluidos los involucrados en casos de corrupción, que son muchos y muy cercanos al número Uno, ecuánime, sabia, maravillosa, justa, encomiable y tan hermosa como él, cuya guapura se convierte en insoportable por máxima, incluso para los espejos que le reflejan. 

La ultraderecha es la culpable de todos los desmanes acaecidos en el país, de todas las contrariedades, amenazas, horrores y pesares que acontecen en este planeta e incluso en los otros del universo, hasta el punto de que quizás en las casas y jardines se debería cambiar el cartel de “Cuidado con el perro” por el de “Cuidado con la ultraderecha, que muerde”.  

En realidad, derecha o extrema derecha son conceptos que tienen su origen en el lugar donde se sentaban los diputados en el parlamento francés surgido tras la Revolución francesa: los monárquicos y los conservadores de la época se posicionaban en el lado derecho y los republicanos y liberales en el izquierdo.

Pero Don PS escribe la historia a su medida y la historia verdadera le importa un rábano, porque seguro que la desconoce y bastante tiene con admirarse a sí mismo, con adorarse, con encontrarse irresistible y con poner en práctica su manual de resistencia en el poder y seguir presuntamente, montándose su chiringuito de altas cumbres en Europa.

No es de extrañar, le costó muchísima ayuda llegar e instalarse allí. Su difunto suegro Sabiniano, el de las saunas gays, el padre de Begoña pichona y catedrática, presuntamente le echó muchas manos en sus logros a base de “cositas que te cuento y de cuentos para que conviertas en cositas” y “apañitos”

Porque al parecer, se comenta por ahí, en las saunas de ese tipo se hablaba mucho y se decían y realizaban acciones por parte de los clientes, que proporcionaban poder para   quien las conocía y utilizaba en propio beneficio.

Eso dicen las malas lenguas como asegura la copla “las lenguas de doble filo”, que así mismo aseguran que los incendios en el solar de Catarroja, en Valencia, donde hay coches y más coches acumulados se deben a que nadie se ha preocupado de los líquidos vertidos por los mismos o por las baterías eléctricas de esos maravillosos vehículos que tanto aman los de la 20/30 capitaneados por Ursulina protectora de la gallina y sus polluelos, es decir sus super ecologistas  y sus desastrosas doctrinas de protección ambiental ¡tan fructífera para algunos!  

Y los jueces no dan abasto tomando declaraciones a Aldama, por ejemplo, cargadito de pruebas inculpatorias contra los de la trama, y a don Koldo, que asesoraba al ministro Ábalos desde el bagaje cultural que le proporciona el hecho de haber sido portero de discoteca. Posiblemente está muy perjudicado por la amnesia. No ha visto nada, no ha hecho nada, no ha oído nada y nada, nada para no ahogarse en el proceloso océano de la corrupción, salvo cobrar y cobrar lo que fuere menester.

Todos ellos, la panda del Uno, del puto amo, se lo ha pasado genial de discoteca en discoteca, de sauna en sauna, de tito Berni (Juan Bernardo Fuentes Curbelo diputado del PSOE en el Congreso desde 2019, y exdirector general de Ganadería de Canarias) en tito Berni y de sobrinas de Ábalos a sobrinas  de “lucecitas” (todo muy familiar) para despejar la oscuridad de sus viciosillas vidas, que lo fueron, presuntamente, hasta encontrarse con tanto dinero para gastar por esas camas de Dios (el dinero público no es de nadie ¿verdad?)

Y ahora ha llegado el momento de las denuncias, ¡venga, a denunciarnos todos! y a dar ejemplo. 

En este sentido Ábalos denuncia a la UCO ante la fiscalía general del Estado por "interceptar correspondencia privada" a un aforado, y Don PS(OE) denuncia a Vox por haber recaudado fondos con la venta de merchandising sin justificar adecuadamente.

En esta astracanada dramática que vivimos, lo mejor es “avestruzarse”, o sea, como los avestruces meter la cabeza en la tierra y estudiar a fondo la vida de los gusanos subterráneos, para comprender más a fondo la de los muchos, muchísimos que pueblan la superficie.