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El dinero en el banco: ¿vale algo en la era digital?

El Dinero en el Banco ¿Vale Algo en la Era Digital - Alberto Gil de la Guardia
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En una época donde los billetes físicos se ven cada vez menos y las transacciones digitales dominan el panorama económico, un debate silencioso pero crucial se está llevando a cabo en los cafés, en las redes sociales y en los corrillos financieros: ¿Realmente el dinero en el banco tiene algún valor?

Hace no mucho tiempo, el valor del dinero estaba respaldado por oro o plata, materiales tangibles que se podían tocar, pesar y, sobre todo, valorar. Hoy, en cambio, nos encontramos con que lo que tenemos en el banco son cifras en una pantalla, números que cambian con cada compra online o con cada "swipe" de tarjeta en un terminal. Este cambio ha llevado a muchos a cuestionar la verdadera esencia y el valor del dinero moderno.

El dinero actual, conocido como dinero fiat, no está respaldado por recursos físicos. Su valor proviene exclusivamente de la confianza que las personas depositan en que será aceptado como medio de pago. Este sistema funciona mientras la economía se mantenga estable, pero ¿qué ocurre en momentos de crisis?

Durante una inflación galopante o crisis económicas severas, esa confianza puede desvanecerse rápidamente. En países donde la inflación ha disparado los precios y depreciado las monedas locales, los ciudadanos han presenciado cómo sus ahorros en el banco perdían valor día tras día, volviéndose prácticamente inútiles para mantener su poder adquisitivo.

Un aspecto que muchos desconocen es que los bancos tienen el poder de crear dinero a través de los préstamos. Cuando otorgan un crédito, no están transfiriendo dinero de una cuenta a otra, sino que generan nuevas cifras que se añaden a la economía. Este proceso, conocido como multiplicador bancario, significa que el dinero que "ves" en tu cuenta bancaria no siempre es una representación de dinero real o tangible, sino más bien una promesa de pago.

En este contexto de escepticismo hacia el dinero tradicional, las criptomonedas emergen como una alternativa que ofrece una solución al problema de confianza. Al ser descentralizadas y no estar controladas por ningún gobierno o banco central, las criptomonedas prometen un sistema donde el valor del dinero está respaldado por la tecnología y la matemática, no solo por la promesa de un ente central.

Aunque el dinero en el banco aún funciona como medio de intercambio, su valor intrínseco es cada vez más cuestionado. La evolución hacia un sistema financiero más transparente y menos dependiente de la confianza en entidades centralizadas parece inevitable. En este nuevo escenario, quizás lleguemos a redescubrir qué significa realmente que algo "valga" en términos monetarios.

La pregunta sigue en el aire y es más relevante hoy que nunca: en una era dominada por lo digital y lo intangible, ¿qué estamos realmente almacenando en nuestras cuentas bancarias? Este debate no sólo redefine nuestra comprensión del valor del dinero, sino que también nos desafía a pensar en cómo aseguramos nuestro futuro financiero en un mundo en constante cambio.

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