La Dirección General de Tráfico cerró 2024 con un récord absoluto en sus cuentas: 539,9 millones de euros recaudados en sanciones, la cifra más alta de su historia. El dato, revelado por el informe anual de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), confirma una tendencia que va más allá de la seguridad vial: los radares camuflados se han convertido en los grandes protagonistas de la política sancionadora en España.
Dos de cada tres multas, por exceso de velocidad
El año pasado se formularon más de 5,4 millones de denuncias, un 5,14% más que en 2023. El exceso de velocidad volvió a ser la infracción estrella, con 3,44 millones de sanciones, lo que supone dos de cada tres multas y un crecimiento del 4,1% respecto al ejercicio anterior.
Otros incumplimientos frecuentes fueron no pasar la ITV (599.202 casos), conducir sin carnet (138.980), usar el móvil al volante (101.023, +8,84%) y no llevar cinturón de seguridad (100.766).
Luces y sombras en las estadísticas
Algunas infracciones descendieron con claridad: no llevar casco (–10,5%), conducir bajo los efectos del alcohol (–5,8%) y saltarse semáforos en rojo (–22,5%). Sin embargo, otras conductas crecieron de forma alarmante:
- Drogas al volante: +5, %.
- Uso de dispositivos visuales (pantallas, navegadores, etc.): +55,7%.
- Negligencias: +18,2%.
- Conducir sin seguro: +7,1%.
El informe de AEA alerta de que estas cifras revelan un cambio de hábitos que exige un replanteamiento en las campañas de concienciación.
Madrid, capital de las sanciones
Aunque en términos absolutos fue Andalucía la comunidad con más denuncias (1,42 millones), la Comunidad de Madrid lideró la intensidad sancionadora: 202 denuncias por kilómetro de carretera. El epicentro se encuentra en el radar del km 20,2 de la M-40, que él solo acumuló 74.873 multas en 2024, aunque su actividad bajó un 36 % respecto a 2023.
En el resto del país, el incremento fue desigual. La Rioja encabezó el crecimiento (+64,4 %), seguida de Aragón (+26 %) y Melilla (+12,9 %). Por el contrario, las sanciones cayeron en Cantabria (–36,1 %), Asturias (–14,6 %) y Extremadura (–9,6 %). Si se mide por parque de vehículos, la propia La Rioja marca el récord: 0,37 denuncias por coche.
El mapa de los radares “multones”
Según AEA, apenas 50 radares de la DGT concentran más del 30 % de todas las sanciones en España. Entre ellos destaca el de la M-40 madrileña, pero también figuran cinemómetros en la A-3 (Cuenca), la A-4 (Ciudad Real y Getafe) o la A-67 (Palencia), que han multiplicado su actividad en los últimos meses.
Este dato alimenta la crítica de la asociación de automovilistas, que considera que la política de la DGT está más orientada a la recaudación que a la seguridad vial. El 70 % de los accidentes mortales se produce en carreteras secundarias, recuerdan, mientras buena parte de los radares están instalados en autopistas y autovías.
Seguridad o recaudación: el debate abierto
Para Mario Arnaldo, presidente de AEA, “es urgente que Tráfico reevalúe su estrategia”. En su opinión, centrar la vigilancia en radares camuflados y en puntos concretos ha disparado la recaudación, pero no ha reducido los principales riesgos al volante.
El debate está servido: ¿son los radares una herramienta de prevención o una máquina de recaudar? Lo cierto es que, con más de 539 millones de euros ingresados en un solo año, la DGT ha convertido la vigilancia de la velocidad en una fuente de ingresos sin precedentes, mientras la siniestralidad en vías secundarias sigue siendo el gran reto pendiente.