Los vecinos del Parque de las Avenidas no entienden que el hostel Velvet siga operando sin licencia

El Ayuntamiento confirmó el lunes que establecimiento carece de licencia de funcionamiento y dictó su cierre provisional, pero los vecinos denuncian que sigue funcionando. Siete días este viernes con molestos ruidos y tras obras irregulares, además de ser un “precedente peligroso” para cualquier barrio residencial de la ciudad.

Protestas contra el hostel en Baviera 9
photo_camera Protestas contra el hostel en Baviera 9

Un barrio que nunca había protestado

El Parque de las Avenidas, en el distrito de Salamanca, es un barrio tranquilo, con mayoría de vecinos mayores y familias. Hasta este verano nunca había protagonizado una manifestación. Eso cambió cuando empezaron las noticias sobre la apertura del Velvet Hostel, en la avenida de Baviera 9. En un bajo que fue un centro de salud y que, según denunciaron los residentes, se pensaba transformar de un establecimiento hostelero a un centro de inmigración ilegal.

“El barrio ha estado siempre en calma. Aquí la gente no sale a la calle ni para pedir un ascensor en el metro”, explica Andrés, vecino colindante al local. “La protesta de junio fue la primera en la historia del Parque de las Avenidas. Vinieron algunos hasta con tacataca, y éramos más de mil personas. Eso ya lo dice todo”.

De centro de salud a hostel de mochileros

El local, dividido originalmente en tres espacios pertenecientes a diferentes comunidades de vecinos, fue arrendado por la sociedad Europa Clase Canal SL, vinculada al empresario egipcio-alemán Mohamed Zakaria Abdelsamad Ibrahim.

Las obras llamaron pronto la atención e incluyeron, sin permiso, la supresión de una parte del arco de fachada, la apertura de dos puertas donde solo había una, el retranqueo del  muro en fachada, la instalación de aires acondicionados cerca de ventanas residenciales y sin licencia adecuada, lamentan los vecinos.

“Si yo pongo un bar en mi casa y subo la música, me lo cierran en el momento. Aquí han roto la fachada, han hecho obras y han abierto sin licencia. Y seguimos esperando que se ejecute el cierre”, denuncian.

Cronología de un error administrativo

El expediente de licencia de actividad del hostel está marcado por un episodio que los vecinos consideran escandaloso:

  • 2 de septiembre de 2025. La Agencia de Actividades del Ayuntamiento emite una resolución favorable de licencia antes de que concluyera el plazo de alegaciones de los vecinos.
  • 9 de septiembre. El propio Ayuntamiento revoca esa resolución, reconociendo la irregularidad formal. Según el documento, “no surtió efectos jurídicos”.

Pese a esa revocación, el papel inicial circuló a pesar de que se indica que no está notificado oficialmente. El promotor lo esgrimió ante la Policía Municipal, que inicialmente dudó de si había licencia en vigor, pero que después confirmó que no tiene validez.

Esta decisión con “error” se hizo sin el reglamentario acceso al expediente por parte de los vecinos que han denunciado y sin que pudiesen alegar nada a este documento, saltando los plazos legales.

 “Es como si a ti te llega el embargo antes que la multa: y te dejan sin posibilidad de defensa”, explica el vecino.

Finalmente, el 29 de septiembre el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, anunció el cese inmediato de la actividad, por carecer de licencia de funcionamiento. El alcalde Almeida añadió que, en caso de obtener permisos, el local solo podría destinarse a hostel turístico, nunca a centro de acogida de inmigrantes.

¿Quién es el promotor?

El nombre del empresario Mohamed Ibrahim no es nuevo. Es el responsable de varios hostels en Madrid:

  • Velvet Vallecas (Avenida Pablo Neruda), que los vecinos denunciaron como centro de acogida encubierto durante dos años y que está “cerrado por vacaciones”.
  • Velvet Pacífico (calle Vigo), en el distrito de Retiro.

Además, en 2022, la Policía clausuró un establecimiento suyo tras hallar a 19 personas hacinadas, e Ibrahim fue investigado por presunta trata de personas, causa aún abierta.

Los vecinos temen que en Baviera 9 se repita ese patrón: abrir como “hostel turístico” y, con el tiempo, funcionar como alojamiento subvencionado.

CEAR niega un acuerdo, pero admite contactos

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una de las principales ONG que gestionan plazas de acogida, reconoció que recibió una propuesta para usar Baviera 9 como alojamiento temporal. Pero en un comunicado oficial negó rotundamente que fuera a convertirse en un centro estable.

Según CEAR, en su modelo de gestión se utilizan hostales y pensiones en estancias de entre uno y ocho días para solicitantes de asilo recién llegados, hasta que se les deriva a centros más adecuados. “En ningún caso el espacio de Baviera 9 sería usado como centro permanente de refugiados”, subrayó.

Los vecinos, sin embargo, no confían: recuerdan que el de Vallecas acabó siendo un centro saturado.

Qué denuncian los vecinos

Las quejas vecinales no se limitan al temor migratorio. Hay una batería de denuncias urbanísticas y de convivencia:

  • Ruidos constantes. Literas con cajones metálicos, duchas y climatizadores junto a ventanas.
  • Falta de insonorización. “Se oyen hasta los cajones de mochilas a las cuatro de la mañana”, relata una vecina.
  • Alteración de fachada. Eliminación de arcos y apertura de nuevas puertas sin autorización.
  • Inseguridad. Una salida de emergencia cuestionada por su viabilidad en caso de incendio.
  • Sobrecarga del entorno. El hostel podría albergar hasta 100 personas en un barrio sin servicios turísticos.

“Esto no es Gran Vía ni Malasaña. Aquí no hay nada turístico. ¿Qué hace un hostel en un bajo rodeado de señores mayores y niños?”, se pregunta un residente.

Un barrio con miedo

Más allá de la legalidad, el sentimiento vecinal es de miedo e indefensión. Una señora mayor rompió a llorar en una reunión recordando un robo sufrido en el barrio. Otros vecinos dicen no dormir por el ruido.

“Estamos contenidos, pero si esto sigue abierto, se va a montar. La paciencia tiene un límite”, resume Andrés.

Precedentes en Madrid

El caso de Baviera 9 no es aislado. En los últimos años se han repetido situaciones similares:

  • Velvet Vallecas. Abierto como hostel turístico, terminó acogiendo a decenas de inmigrantes durante más de dos años, hasta un cierre “por vacaciones” que nunca se revirtió.
  • Pozuelo y Alcalá. Proyectos de albergues fueron frenados tras la presión vecinal.

Estos precedentes explican la desconfianza.

La postura del Ayuntamiento

El Ayuntamiento asegura que está actuando conforme a la ley: inspecciones, levantamiento de actas y orden de cese. La Policía Municipal vigila que no continúe la actividad.

Sin embargo, los vecinos creen que la administración actúa tarde y con demasiada laxitud. “Se anuncian cierres en los medios, pero luego nadie ejecuta. Mientras tanto, el hostel sigue abierto”, denuncian.

Qué dice la ley

Abrir un hostel en un bajo residencial exige:

  • Licencia urbanística y de funcionamiento. Sin ella, la actividad es ilegal.
  • Compatibilidad con estatutos de comunidad. Si alguno lo prohíbe, no se puede instalar.
  • Insonorización y salidas de emergencia. Requisitos obligatorios de seguridad.
  • Respeto a la fachada. No se pueden alterar elementos comunes sin autorización.

El incumplimiento puede derivar en cese inmediato, sanciones y cierre definitivo.

Qué viene ahora

El expediente administrativo sigue abierto. Los escenarios posibles son:

  1. Cierre definitivo si no cumple la normativa.
  2. Licencia turística limitada, siempre que subsane las deficiencias.
  3. Judicialización: vecinos ya han planteado cautelares, recursos y denuncias ante Fiscalía y Defensor del Pueblo.

En paralelo, el vecindario organiza nuevas movilizaciones.

Entre la acogida y la legalidad

El Velvet Hostel de Baviera 9 ha destapado algo más que una infracción urbanística: un conflicto de modelo de ciudad. Entre la necesidad de recursos de acogida, la proliferación de alojamientos turísticos y el derecho al descanso vecinal, Madrid afronta un caso que puede sentar precedente.

Los vecinos lo resumen en una frase: “La ley es para todos. Si no tienes licencia, no puedes abrir.”

El futuro del barrio dependerá ahora de si esa máxima se cumple o vuelve a quedar en entredicho.