Estefanía Dobbs: “Cuando haces las cosas con amor y constancia, siempre salen bien”

Estefania Dobbs, fundadora de Thai Arturo Soria y Thai Retiro
photo_camera Estefania Dobbs, fundadora de Thai Arturo Soria y Thai Retiro

Acostumbrada a recorrer el mundo a diez mil metros de altura, Estefanía Dobbs decidió aterrizar en su propio sueño: crear un rincón donde los sabores de Tailandia dialogaran con la hospitalidad mediterránea. Auxiliar de vuelo de profesión y emprendedora por vocación, es hoy la fundadora de Thai Arturo Soria y Thai Retiro, dos restaurantes que han sabido conquistar el paladar y la mirada de los madrileños. Su historia combina el espíritu aventurero de quien vive entre aeropuertos y la sensibilidad de quien entiende que la excelencia nace del detalle.

De los cielos a la alta cocina

“Yo llevaba tiempo queriendo hacer algún tipo de negocio”, recuerda Estefanía, “y en concreto en la hostelería, que me llamaba mucho la atención”.
En 2020, mientras continuaba su trabajo como azafata de vuelo, surgió la oportunidad de asociarse con una persona que buscaba un socio para continuar con un restaurante tailandés en la calle Arturo Soria. “Tenía un dinero que quería invertir y decidí lanzarme. Así nació Thai Arturo Soria, en febrero de 2020. Y justo un mes después, llegó la pandemia y nos encerraron a todos”.

El confinamiento, sin embargo, no detuvo su impulso. “Aprovechamos para reformarlo todo. Teníamos un proyecto claro, una visión y muchas ganas. Finalmente abrimos el 6 de junio de 2020, ya con el restaurante completamente nuestro”.
La reapertura coincidió con los meses más duros para la hostelería, pero el local contaba con algo decisivo: una terraza amplia y acogedora. “Eso nos ayudó muchísimo. Desde el principio cuidamos cada detalle: la decoración, el ambiente, la atención, la comida. Queríamos que el comensal viviera una experiencia agradable y completa”.

La esencia de Tailandia con alma madrileña

Thai Arturo Soria pronto se consolidó como un referente de alta cocina tailandesa en la capital. La buena acogida del público animó a Estefanía a soñar más lejos. “Siempre quise crecer y llegar un poco más hacia el centro, pero primero había que consolidar el primer restaurante. Cuando lo conseguimos, comencé a buscar un espacio por el barrio de Salamanca, y así nació Thai Retiro”.

El nuevo local, abierto hace apenas unos meses, conserva la misma filosofía: “Es más pequeño, más íntimo, pero con la misma esencia. La decoración, los materiales, la luz cálida, las plantas naturales… Todo está pensado para crear un ambiente envolvente donde se respira armonía”.

En ambos restaurantes, cada plato nace del trabajo artesanal del equipo. “No trabajamos con nada preparado ni de fuera. Todo lo hacemos nosotros desde cero: los rollitos, las brochetas, los triángulos de pato… cada pieza se elabora a mano”.
Aunque la base es la cocina tailandesa tradicional, Estefanía y su equipo no temen innovar. “Hemos incorporado platos con guiños españoles. Uno de nuestros más demandados es el curry verde de taquitos de merluza, que sorprende por su sabor y por cómo encaja con la gastronomía de aquí. También las brochetas de pollo con una delicada salsa de cacahuete, muy suaves y gustosas. Es una fusión que respeta las raíces tailandesas pero con un toque local que encanta a nuestros clientes”.

La diferencia está en los detalles

En un panorama gastronómico tan competitivo como el madrileño, Estefanía defiende una fórmula basada en la autenticidad y el cuidado. “Hoy en día hay muchísima oferta, pero no tantos restaurantes de cocina tailandesa que cuiden tanto la presentación, la materia prima y la experiencia global. Por eso hablamos de alta cocina tailandesa: por la exigencia en cada paso, desde los proveedores hasta la forma de atender”.

Cada plato, cada flor y cada sonrisa en Thai Arturo Soria o Thai Retiro tienen detrás una convicción clara: la calidad nace del trabajo bien hecho. “Yo creo que cuando haces las cosas con amor, con constancia y con honestidad, el resultado se nota. Los clientes lo perciben, y por eso vuelven”.

Un equipo, una familia

Para Estefanía, el éxito no se mide solo en reservas llenas o en buenas críticas, sino en el ambiente humano que ha construido en torno a sus restaurantes. “Esto no soy solo yo. Detrás hay un gran equipo, personas que creen en lo que hacemos y que trabajan con ilusión. Tenemos muchas reuniones, hablamos mucho, compartimos ideas y eso crea una piña. Es fundamental para que todo funcione”.

Esa visión de liderazgo participativo tiene mucho que ver con su otra profesión. “Ser auxiliar de vuelo me ha enseñado la importancia del trato personal, de anticiparte a las necesidades del cliente, de mantener la calma cuando algo no sale como esperas. Todo eso lo aplico cada día en el restaurante”.

El futuro, paso a paso

Aunque muchos emprendedores se lanzan a crecer rápido, Estefanía prefiere avanzar con serenidad. “De momento no tenemos nuevos proyectos en marcha. Acabamos de abrir Thai Retiro y ahora lo importante es consolidar ambos espacios, mantener la calidad y seguir disfrutando del camino. Vivimos el día a día y lo que vaya surgiendo lo valoramos con calma”.

Su historia no es solo la de una empresaria que triunfa en un sector exigente, sino la de una mujer que ha sabido transformar la adversidad en oportunidad. “Detrás de dos restaurantes hay muchísimo trabajo —eventos, redes, prensa, proveedores, sanidad—, pero cuando ves que el resultado es positivo, todo cobra sentido. Es apasionante. Me encanta lo que hago, y ver a los clientes disfrutar es la mayor recompensa”.

Con una sonrisa tranquila, resume su filosofía vital y profesional en una frase que podría ser el lema de toda su trayectoria:

“Lo hacemos con amor. Y cuando las cosas se hacen con amor y constancia, siempre salen bien.”