Entrevista

Rebeca Gil Liarte: “La manera de enfrentar el estigma en psicología es dotar de voz a los profesionales pertinentes”

Rebeca, psicóloga especializada en terapia cognitivo-conductual, destaca la importancia de la psicoeducación y la regulación profesional para fortalecer la disciplina
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photo_camera Rebeca Gil Liarte

Natural de Logroño, la neuropsicología y sus amistades la motivaron a mudarse a Coruña en su época estudiantil. Hoy en día dirige un centro de psicología multidisciplinar en pleno centro de la ciudad herculina, pero no todo fue coser y cantar, para hacerse un hueco en el mundo de la psicología, Rebeca tuvo que abrirse muchas puertas a base de esfuerzos académicos convertidos en matrículas de honor que le posibilitaron realizar prácticas extracurriculares con grandes profesionales de la disciplina y colaborar con varios centros y asociaciones antes de erigirse como una profesional de referencia en la terapia cognitivo-conductual. Algunos ejemplos serían su paso por la Asociación Española Contra el Cáncer, su formación en patología dual y posterior trabajo en terapias grupales y entrenamiento en habilidades sociales, su paso como socia de otros gabinetes de renombre en A Coruña, haber recibido formación de máster por profesionales de la talla de Javier Urra y por último, haber estado entre las 25 primeras personas de Europa en haber recibido formación de intervención transdiagnóstica  por la Universidad de Miami.

¿Crees que todavía existe cierto estigma sobre la psicología? En caso afirmativo, ¿cómo crees que se puede romper dicho estigma?

Cada vez menos, sin embargo en algunas poblaciones específicas todavía persiste. La manera de enfrentar dicho estigma, creo que es dotar de voz a los profesionales pertinentes, que promuevan campañas de psicoeducación y sobre todo de prevención frente al rechazo que pueda existir frente a nuestra disciplina y para ello, indudablemente necesitamos tener voz en medios de comunicación y redes sociales, para frenar la promoción que realizan otras figuras no profesionales y que lo único que consiguen es dañar nuestro ámbito y la visión que la población tiene de él.

Relacionado con lo que acabas de mencionar, ¿cuáles consideras que son los mitos que enfrenta la psicología y que deberían desaparecer?

Muchos están relacionados con la promoción de pseudoterapias, por ejemplo que la terapia solo consiste en escuchar; que se obvien los factores ambientales y contextuales de una persona y se reduzca todo a la “fuerza de voluntad” o que simplemente es cuestión de ganas. A nivel personal también me sorprende cuando la gente dice  “no me psicoanalices” o “analiza mis sueños” y también que me pregunten si tengo un diván en mi consulta. En general, creo que el antídoto contra estos mitos es basarse en la evidencia científica y facilitar la información veraz y fehaciente a los profesionales de nuestra disciplina y a la población en general.

Hablas de la importancia de que la información sobre la salud mental llegue a la población en general, ¿qué opinas de la integración de la salud mental en los entornos laborales y educativos?

Considero que es de vital importancia. Ya existen profesionales de la psicología especializados en el ámbito organizacional y educativo; creo que es imprescindible además sumar la figura del psicólogo clínico o sanitario en dichos ámbitos, para trabajar de una forma conjunta y enriquecedora; esto ayudaría a prevenir situaciones de bullying y mobbing, promovería campañas de salud mental con la consecuencia de reducir ausentismo escolar y laboral por motivos de estrés, malestar emocional o cualquier otro aspecto relacionado con la salud mental. Y además creo que esta colaboración ayudaría a romper los estigmas anteriormente mencionados y romper con ciertos tabús, entre los que está, para mí el más importante, el suicidio. El suicidio está presente en cualquier ámbito de la persona, por ello campañas de sensibilización y prevención resultarían de gran importancia, hacerlo desde las empresas y colegios/institutos ayudaría a dar voz a los profesionales necesarios y llegar a más personas que se beneficiarían de ellas.

Mencionas la gran importancia de contar con profesionales cualificados, ¿qué opinas del intrusismo laboral en la psicología y qué podemos hacer para combatirlo?

Creo que al igual que en el resto de ámbitos profesionales, el intrusismo tiene consecuencias muy graves. En nuestro caso en particular, la salud mental de los pacientes está en juego, una mala praxis puede poner sus vidas en riesgo. Por ello siempre transmito la necesidad de buscar profesionales especializados y que utilicen terapias contrastadas científicamente y por lo tanto sean eficaces; para ello es de vital importancia la figura de los colegios profesionales, que delimiten las pautas éticas y profesionales necesarias para poder ejercer, y que se lleve un control exhaustivo de dicha profesionalidad. Sin dejar de lado por supuesto, la necesidad de promover medidas informativas y psicoeducativas para la población en general.

En sintonía con esto, ¿cuál crees que es el futuro de la psicología en los próximos años?

Creo que habrá una mayor regulación, una mayor especialización basada en mayor formación y que terminará integrándose en el resto de instituciones necesarias. Me gustaría que fuese una disciplina accesible para quienes la necesiten, que se rompan las barreras económicas y que se convierta en un servicio al que poder acudir de forma frecuente si es necesario, pero sin generar dependencia al psicólogo ni eternizar la terapia.

Para cerrar este entrevista, me gustaría saber cuáles han sido tus referentes en tus inicios en la psicología, y también que es lo más gratificante profesionalmente para ti. Por último, agradecer el tiempo que me has dedicado.

Elegir a mis referentes es complicado, creo que todos los profesionales que han ido generando todo el conocimiento que hoy tenemos, son dignos de admirar. Si tengo que mencionar a algunos sería a Wundt, por ser el que puso la primera piedra en los cimientos de la psicología con su laboratorio en 1879, a  Albert Ellis, por su contribución dentro de la terapia cognitivo-conductual; a Oliver Sacks por su papel dentro de la neurología, B.F. Skinner como referente del conductismo junto con Watson o, también Howard Gardner, por su gran influencia y contribución en la psicología educativa.

Respondiendo a lo que me resulta más gratificante a nivel profesional, pues sin duda ver la mejoría de los pacientes, como reconducen sus vidas tras el proceso terapéutico y como ello supone un punto de inflexión en sus vidas.

¡Muchas a gracias ti por este rato que hemos compartido!