El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha presentado el informe “La libertad de empresa en España. Índice de Libertad Económica 2025”, en el que analiza la posición del país en materia de libertad económica y empresarial. El estudio, elaborado junto con la Fundación Heritage, revela que España mantiene una puntuación de 66,3 sobre 100, situándose en el puesto 53 del ranking mundial y el 31 de los 38 países de la OCDE. Aunque el país muestra avances en algunos indicadores, como la libertad de empresa (83,6 puntos), persisten debilidades estructurales en la salud fiscal, el gasto público y la competitividad.
España mejora en libertad de empresa pero cae en otros pilares clave
El informe señala que, por primera vez en varios años, España ha superado la media de la OCDE en libertad de empresa, alcanzando un índice relativo de 102,1 frente al 100 del promedio internacional. Este avance refleja una mejora en la calidad del entorno empresarial, con menos trabas para la creación de empresas y mayor estabilidad regulatoria. No obstante, el país sigue lejos de las economías más dinámicas, como Dinamarca (113,6), Australia (112,9) y Corea del Sur (109,9).
En contraste, la salud fiscal española se encuentra entre las peores de la OCDE, con una diferencia negativa de 27,7 puntos respecto al promedio. Este parámetro, que mide la sostenibilidad presupuestaria, refleja un gasto público elevado, una presión fiscal creciente y una deuda estructuralmente alta. Según el IEE, la debilidad fiscal limita la capacidad del Estado para reducir impuestos, atraer inversión y garantizar estabilidad a largo plazo.
El exceso de gasto público y la burocracia frenan el dinamismo empresarial
El informe advierte que el exceso de intervención estatal y la expansión de la burocracia están afectando a la productividad y a la rentabilidad de las empresas españolas. “Una administración sobredimensionada y una regulación excesiva desincentivan la inversión privada y reducen la eficiencia del mercado”, sostiene el estudio. La rigidez laboral, la inseguridad jurídica y la proliferación normativa son factores que debilitan la competitividad y dificultan el crecimiento de las pymes, que representan el 99% del tejido productivo nacional.
La rentabilidad empresarial española, por debajo de la media europea
El IEE también pone el foco en la caída de la rentabilidad empresarial, medida a través del excedente neto de explotación, que ha pasado del 28,1% al 26,5% del valor añadido en la última década. España se sitúa un 16% por debajo de la media de la OCDE y nueve puntos por debajo del promedio europeo, lo que limita la capacidad de reinversión e innovación de las compañías.
Menos libertad económica, menos crecimiento
El informe evidencia una correlación directa entre libertad económica y bienestar: los países más libres duplican la renta per cápita de los menos libres y registran mayores niveles de innovación, educación y estabilidad institucional. En este sentido, el IEE alerta de que España no está aprovechando su potencial productivo debido a las restricciones fiscales y regulatorias que frenan la competitividad.
“Reforzar la libertad de empresa no es un privilegio para las grandes compañías, sino una condición necesaria para el crecimiento sostenido, la inversión y la creación de empleo”, concluye el documento. El IEE propone reducir la carga impositiva, simplificar la regulación y mejorar la seguridad jurídica para avanzar hacia un modelo económico más libre, eficiente y competitivo.