La economía hispanoamericana afronta el cierre de 2025 con signos de moderación tras un primer semestre marcado por la ralentización del consumo interno, el endurecimiento de las condiciones financieras y la persistencia de una inflación estructural en varios países. Así lo refleja el informe LATAM Claves Septiembre 2025, que advierte de un crecimiento regional inferior al 2% y de una recuperación más lenta de lo previsto para 2026.
Según el documento, Brasil, México y Chile son los motores del crecimiento regional, aunque con ritmos desiguales. Brasil mantiene un desempeño estable gracias a la resiliencia de su sector agrícola y las exportaciones de materias primas, mientras que México se beneficia del fenómeno del nearshoring y del traslado de inversiones desde Asia hacia América del Norte. En contraste, Chile y Perú sufren un descenso de la demanda interna y un deterioro de la confianza empresarial.
El estudio señala que la región sigue condicionada por una inflación media del 6,3%, aunque con grandes diferencias entre países. Argentina continúa como el gran foco inflacionario, con tasas de dos dígitos que limitan la recuperación del consumo, mientras que Colombia y Chile ya muestran signos de estabilización tras los ajustes monetarios realizados por sus bancos centrales.
En el ámbito de la política monetaria, la mayoría de los bancos centrales hispanoamericanos han iniciado un ciclo de recortes de tipos, impulsados por la necesidad de dinamizar la inversión sin comprometer la estabilidad cambiaria. Sin embargo, el informe advierte que “el margen de relajación monetaria será limitado ante los riesgos externos y la volatilidad del dólar”.
Uno de los aspectos más destacados del informe es el repunte de la inversión extranjera directa (IED), que ha crecido un 9% en lo que va de año, concentrándose en sectores como la energía renovable, la minería verde, la infraestructura y la tecnología. El documento destaca especialmente el atractivo de México y Brasil como polos receptores de capital, seguidos por Chile y Colombia.
En cuanto a las previsiones, el informe anticipa que el crecimiento del PIB regional se situará entre el 1,8% y el 2,1% en 2026, apoyado en la mejora de las exportaciones, el avance del comercio intrarregional y el efecto de los estímulos fiscales en algunos países. No obstante, advierte que la recuperación “será desigual y vulnerable” ante posibles shocks externos, como un repunte de los precios del petróleo o nuevas tensiones geopolíticas.
El documento también subraya la necesidad de reformas estructurales para impulsar la productividad y diversificar las economías, demasiado dependientes de las materias primas. “Hispanoamérica debe aprovechar el ciclo de inversión verde y la digitalización para consolidar un crecimiento sostenible”, señala el informe, que identifica oportunidades en sectores como la energía limpia, la agroindustria inteligente y los servicios digitales.
En resumen, la región encara el próximo año con un escenario de crecimiento moderado, inflación contenida pero persistente y flujos de inversión en aumento, configurando una fase de transición hacia un modelo más sostenible, aunque con desafíos fiscales y sociales aún latentes.