La deuda pública española ha alcanzado la cifra récord de 2,05 billones de euros en circulación, según los últimos datos del Banco de España y Eurostat. Esta cifra supone un incremento de 477.000 millones de euros desde junio de 2018, cuando Pedro Sánchez accedió a La Moncloa, hasta julio de 2025, pasando de 1,2 a 1,68 billones solo en la Administración Central.
El Gobierno, a través del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido en varias ocasiones que España está reduciendo su deuda, pero las estadísticas oficiales apuntan a la dirección contraria. El economista José Ramón Riera ha sido tajante al respecto: “El ministro de Economía ha perdido toda su categoría profesional al decir tonterías como que la deuda ha bajado”.
Un crecimiento desbordado
Durante estos siete años, la Administración Central ha incrementado su deuda en un 49 %, mientras que la Seguridad Social acumula un crecimiento histórico del 262 %. El conjunto de todas las administraciones suma ya más de 2 billones de euros en deuda viva, situando a España en un nivel de vulnerabilidad financiera comparable a los peores momentos de la crisis de 2012.
El PIB nominal ha crecido un 38 % en el mismo periodo, pero la deuda lo ha hecho a un ritmo superior. Esto ha llevado la ratio deuda/PIB a superar el 100,3 % en julio, y según las estimaciones, cerrará agosto en torno al 102 %. En términos de PIB real, el cálculo es aún más preocupante: se ha pasado del 102 % al 127 %, un aumento que Riera califica de “auténtica barbaridad”.
Entre el maquillaje estadístico y la realidad
El debate sobre el cálculo de la deuda respecto al PIB ha sido utilizado por el Gobierno para sostener su relato. Sin embargo, como recuerda Riera, el crecimiento del PIB nominal está inflado por la inflación, mientras que en términos reales el avance ha sido de apenas un 8,9 % desde 2018, insuficiente para compensar la escalada del endeudamiento.
“La realidad es tozuda: España no reduce deuda, la multiplica”, denuncia el economista, que advierte de que esta situación “hipoteca el futuro del país” y erosiona la credibilidad internacional de España.
Riesgos a futuro
Con un Tesoro que sigue recurriendo a emisiones récord para cubrir los déficits estructurales, la sostenibilidad de la deuda se convierte en una de las grandes incógnitas de la economía española. La presión de los mercados, unida a la subida de tipos de interés y al coste creciente de la financiación, amenaza con abrir un nuevo ciclo de tensiones financieras.