Absentismo laboral

Absentismo laboral en Madrid: un reto económico y organizativo prioritario

Evolución de los Indicadores de Absentismo Laboral en España y en la Comunidad de Madrid
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El absentismo laboral derivado de Incapacidades Temporales por Contingencias Comunes (ITCC) se ha convertido en un problema de creciente preocupación para empresas, administraciones y la Seguridad Social en España. Según el informe de absentismo laboral elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), el coste económico y el impacto organizativo de estas bajas laborales han alcanzado cifras alarmantes en los últimos años.

Impacto económico: una carga insostenible

En 2024, el coste total del absentismo laboral por ITCC en España superó los 28.987 millones de euros, lo que supone un incremento del 99% en los últimos seis años. Este aumento, que también se ha reflejado en la Comunidad de Madrid con un gasto superior a los 5.027 millones de euros, plantea serios desafíos para la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social y para la competitividad empresarial.

De este coste total, 1.928 millones de euros correspondieron a prestaciones económicas asumidas por la Seguridad Social y 1.158 millones a costes directos soportados por las empresas. Estos incluyen la prestación económica desde el cuarto día de baja, complementos según convenios colectivos y el pago de las cotizaciones durante la duración de la incapacidad.

Costes en empresas y Seguridad Social

El absentismo laboral no solo afecta a la sostenibilidad del sistema público, sino que también supone un lastre significativo para las empresas. Durante 2024, las compañías asumieron costes directos de 1.158 millones de euros a nivel nacional, de los cuales 143 millones correspondieron a la Comunidad de Madrid. Este gasto incluye el pago de prestaciones económicas, complementos salariales y cotizaciones sociales desde el inicio de la baja, conforme a la legislación vigente​.

Además, la carga adicional en las plantillas activas, derivada de las ausencias prolongadas, afecta la productividad y complica la planificación empresarial. En sectores donde es imprescindible la especialización, el impacto es aún mayor, dificultando la incorporación de personal sustituto en el corto plazo.

Patologías traumatológicas: un mes extra de baja laboral innecesario

Uno de los puntos críticos destacados en el informe es la duración de las bajas laborales por patologías traumatológicas. A nivel nacional, estas tienen una duración media de 72 días cuando son gestionadas por los Servicios Públicos de Salud, mientras que las mutuas consiguen reducir este tiempo a 42 días en casos relacionados con accidentes de trabajo. En la Comunidad de Madrid, la diferencia se sitúa en 23 días menos, lo que evidencia una ineficiencia estructural en el sistema actual​.

El presidente de CEIM, Miguel Garrido, fue claro al respecto: “No podemos permitirnos el despilfarro de recursos, tanto públicos como privados, que suponen las bajas laborales prolongadas. Es necesario que las mutuas puedan participar activamente en la gestión de estos procesos para reducir tiempos y costes”.

El papel de las mutuas y la gestión de bajas

Uno de los puntos destacados en la presentación del informe por parte de CEIM y AMAT es el papel que podrían desempeñar las mutuas en la gestión de bajas laborales. Actualmente, las bajas por ITCC son gestionadas exclusivamente por los Servicios Públicos de Salud, lo que genera una duración media superior en comparación con las gestionadas por las mutuas. En 2024, las bajas por patologías traumatológicas gestionadas por los Servicios Públicos en la Comunidad de Madrid tuvieron una duración media de 61 días, frente a los 38 días de aquellas gestionadas por las mutuas en contingencias profesionales.

De permitirse la participación de las mutuas en procesos relacionados con contingencias comunes, se podrían reducir significativamente los tiempos de recuperación y reincorporación al trabajo. Esto implicaría un ahorro estimado de 371 millones de euros en la Comunidad de Madrid y 3.086 millones a nivel nacional.

Un problema organizativo para las empresas

Más allá de los costes económicos, el absentismo laboral también representa un problema organizativo importante para las empresas. Las bajas prolongadas incrementan la carga de trabajo del personal restante, afectan la productividad y generan dificultades para encontrar reemplazos adecuados en el corto plazo. Este impacto es especialmente grave en sectores donde se requiere una alta especialización.

Propuestas de CEIM y AMAT para abordar el absentismo

AMAT y CEIM han señalado la necesidad de incluir el absentismo laboral como una prioridad en la agenda política, apelando a la colaboración entre administraciones públicas, empresas y mutuas. Entre las medidas propuestas destacan:

  • Ampliar la competencia de las mutuas: Permitir que gestionen las bajas relacionadas con patologías traumatológicas y otras contingencias comunes.
  • Agilización burocrática: Simplificar los trámites administrativos para evitar demoras innecesarias en la recuperación de los trabajadores.
  • Fomento de la prevención: Promover programas preventivos en las empresas para reducir el número de bajas laborales desde la raíz.
  • Colaboración público-privada: Reforzar el trabajo conjunto entre administraciones, empresas y mutuas para optimizar la atención médica y la reincorporación laboral.

¿Por qué es clave la intervención de las mutuas?

Las mutuas cuentan con experiencia y recursos específicos para tratar patologías que afectan a los trabajadores. En 2024, gestionaron 579.743 procesos traumatológicos derivados de accidentes laborales, reduciendo los tiempos de recuperación en aproximadamente un mes respecto a los servicios públicos. Esto no solo supone un alivio económico, sino que también mejora la calidad de vida de los trabajadores, quienes pueden reincorporarse antes a sus actividades habituales​

El camino hacia una solución sostenible

El absentismo laboral no solo afecta las cuentas de las empresas y la Seguridad Social, sino que también tiene un impacto directo en la competitividad del país y en el bienestar de los trabajadores. Atajar este problema requiere un enfoque integral que combine medidas de gestión eficiente, prevención y la colaboración activa de todos los actores implicados.