Anécdotas literarias de Madrid

Pedro Mata Fontanet y Manuel Bretón de los Herreros. Duelo literario

Calle del Doctor Mata Madrid
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Pedro Mata Fontanet  (Reus, 1811 – Madrid, 1877). Fue médico, poeta, periodista y político del siglo XIX. Ya había dicho en su tiempo Miguel de los Santos Álvarez que lo fue por justicia de Dios o por olvido. Cuando vivía en Madrid tuvo por vecino en la puerta contigua a Manuel Bretón de los Herreros.

Ya se comentaba que la relación entre ambos era tensa en muchas ocasiones, debido, sobre todo, a que Bretón de los Herreros era un bohemio muy solicitado por los numerosos amigos de juergas tertulias con los que habitualmente alternaba hasta altas horas de la madrugada. Algunos de ellos eran noctámbulos empedernidos que con mucha frecuencia se equivocaban de puerta cuando pretendían acceder a la vivienda de Bretón y molestaba mucho a Pedro Mata cuando aporreaban su puerta durante la noche, que, a pesar de su paciencia y bonhomía, llegó el momento en que tanta insolencia y descortesía se le hizo insoportable y ahí surgió uno de los duelos literarios más comentados y célebres de Madrid. Fue en este momento, cuando, para evitar los equívocos nocturnos,  el doctor Mata decidió poner justo en la puerta de su casa un letrero bien visible, tendente a disuadir tales descuidos: “En esta, mi habitación / no vive ningún Bretón”.

Bretón se sintió aludido y molesto con el cartel de Mata y, dado su carácter esquivo, respondió de un modo casi inmediato con decenas de hojas impresas que repartió entre los vecinos y que también colgó a la puerta de su vivienda y que decían: “Vive en esta vecindad / Cierto médico poeta / que al pie de cada receta / pone Mata, y es verdad”. Bretón de los Herreros continuó a los pocos días azuzando con un nuevo epigrama: Como doctor tan solo / le tengo miedo; / mientras no me recete / vamos viviendo. Cuando el doctor Mata leyó el segundo no tuvo más remedio que responder, y así lo hizo: Este médico poeta, / a quien tanto se maltrata / no recibe y no receta, / y, por lo tanto, no Mata. Quienes primero contaron esta anécdota también aseguraron que leyeron en alguna parte este otro epigrama también atribuido a Mata, dirigido personalmente a Bretón y que en este caso decía: Este médico-poeta / que hay en esta vecindad, / ni visita, ni receta, /es pues mentira completa / lo que dices que es verdad.

Poco después Bretón de los Herreros cambiando el domicilio terminó definitivamente con el duelo.

 El doctor Mata era en ese tiempo profesor en la Facultad de Medicina de Madrid y su especialidad docente e investigadora radicaba en la anatomía patológica y en la medicina forense, e investigó también en el campo de la psiquiatría forense. Fue uno de los maestros del doctor Esquerdo.  Mata, por lo tanto, no atendía a pacientes y de ahí viene el mensaje de sus dos últimos epigramas, ya que como anatomopatólogo y forense se dedicaba a la docencia y a la investigación.

Muchos años después de haber sucedido todo aquello el doctor y catedrático de la Universidad de Barcelona, Julio García y Sánchez Lucas (León, 1901 – Barcelona, 1969)  quiso recordar y resarcir de nuevo el honor de su admirado Pedro Mata y, en 1962 repartió unos pasquines entre los universitarios de medicina en los que insertaba de nuevo el penúltimo epigrama del doctor.

Pedro Mata Fontanet había estudiado medicina en Cataluña y ya en la facultad sentía inquietudes literarias y participaba activamente en la defensa de sus ideales políticos. Fue incluso detenido y desterrado en más de una ocasión. Como escritor fue un destacado columnista de prensa, autor de cientos de ensayos y de más de una veintena de libros con títulos como: “El poeta y el banquero”(es una novela que trata de la relación entre un poeta y un banquero en los tiempos de la revolución española), “Gloria y martirio”, “Fotografías íntimas”, “De la libertad moral al libre albedrío”, “Tratado de la razón humana en estado de salud” o Tratado de la razón humana en estado de enfermedad” entre otras. Como político fue alcalde de Reus, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, diputado a Cortes y Gobernador Civil de Madrid. En 1842 se había establecido en Madrid, y en la Villa y Corte vivió el resto de sus días. A partir de 1868 estuvo incluso vigilado por la policía y fue muy atacado por un sector de la prensa. Dos años antes de su muerte padeció una enfermedad que le paralizaba parte del cuerpo, pero, en la medida de lo que pudo siguió trabajando. Fue enterrado en el cementerio de la Patriarcal. Su padre había sido el médico y escritor catalán Pedro Mata y Ripollés y su nieto el dramaturgo, novelista y periodista madrileño Pedro Mata y Domínguez que falleció sin descendencia en 1946.        

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