Fue Azorín el que también nos recordó de un modo vehemente y literario a algunos de los escritores, casi anónimos, que deambulaban en el Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX… Después seguí sumido en la liturgia de poetas, escritores y periodistas, con los que Armando Palacio Valdés - autor del realismo - se descarnó para decirnos que con sus propios ojos había visto al dramaturgo Pelayo del Castillo derrotado, sumido por la vida y por el exceso de alcohol, en una calle de Madrid que estaba muy cerca de la Puerta del Sol. Aseguró que allí encontró al autor de más de cien obras de teatro tirado boca arriba en una de las aceras de la calle Sevilla. Vestía con ropas andrajosas y con unas alpargatas llenas de agujeros. Palacio Valdés se inclinó, casi con reverencia, para saludarlo e intentó hablar con él pero no obtuvo apenas atención, solamente la obtuvo cuando le entregó unas monedas y Pelayo del Castillo le preguntó a quién debía la atención; pero Armando Palacio Valdés, que se había acercado solamente con la intención de conocerlo y saludarlo, no le respondió. Luego se fue en silencio, cabizbajo, incluso pesaroso por haber visto al dramaturgo en tal estado. Palacio Valdés contó que cuando iba alejándose se dio la vuelta y vio cómo Pelayo del Castillo examinaba o contaba las monedas que acababa de recibir.
Armando Palacio Valdés vivía entonces la plenitud madrileña. Era un joven estudiante de derecho que compartía el tiempo con viejos amigos como Pío Rubín, Leopoldo Alas o Tomás Tuero. Con ellos formó parte de la tertulia del “Bilis Club” y también con ellos escribió en revistas y otras publicaciones de la época. Llegó a ser redactor jefe de la “Revista Europea”. Cuando murió José María Pereda ocupó su sillón en la Real Academia de la Lengua.
En sus dos novelas tituladas “Riverita” y Maximina – inspiradas en Miguel Rivera – rememora algunos de los pasajes vividos en el Madrid de aquellos años jóvenes, porque están impregnadas de matices autobiográficos. Cuando en 1875 leía – según él mismo dejó escrito – algunos comentarios sobre un libro de Canalejas, se encontró de modo inesperado con la obra de un escritor alemán y se dio cuenta de que el escritor Francisco de Paula Canalejas, tío del político José Canalejas, había plagiado parte importante de la misma al escribir un libro.
Valdés había nacido en Entralgo (valle del Nalón, Asturias) en 1853. Murió en Madrid en 1938. Poco antes de morir, en el año 1934 y muy poco después de la Revolución de Asturias, escribió en el ABC un intenso artículo que tituló “Tiempos borrascosos” ahí muestra y analiza los tiempos preocupantes que están llegando a España. Dice incluso que ya no espera días de prosperidad y anuncia estrellas negras. Dice también que no le asusta nada, tampoco los niños que en la escuela cantan “La Internacional”. Lo que dice que le asusta es que no respeten a los niños que no quieren cantarla.
Armando Palacio Valdés vivió desde la adolescencia los vínculos estrechos con la literatura y eso seguramente contribuyó a que sus hermanos Atanasio y Leopoldo y su sobrino Eduardo también fuesen literatos.