El próximo viernes 31 de mayo comenzará la Feria del Libro de Madrid en el paseo de coches del parque del Retiro. No os miento si os digo que es el evento anual que mas ilusión me hace, el único al que asisto religiosamente año tras año desde que aprendí a leer. En un entorno único, se reúnen en la Feria editores, libreros, escritores y, por supuesto, lectores. En mi caso ávida de intercambiar opiniones literarias sobre cualquier libro. Me gusta especialmente hablar con editores, Anagrama, Páginas de Espuma, Pre-Textos, Impedimenta, Acantilado, Sexto Piso (estas tres últimas del Grupo Contexto), Galaxia Gutemberg y Hoja de Lata son mis imprescindibles, junto con alguna mas que seguro se me esta pasando. Pero, sin duda, lo mejor es hablar con los escritores, intercambiar opiniones sobre sus obras y poder conocerles en persona. El año pasado estuve con mi paisano riosellano Jon Bilbao y, la verdad, no lo cambio por nada, por lo encantador que fue y la paciencia que tuvo conmigo, ojalá me lea y le llegue mi agradecimiento. Pero también he conocido a Luis Landero, a Manuel Jabois, a Juan Tallón, a Edurne Portela y a Milena Busquets, entre muchos otros. Ellos comparten el haber sido cariñosos y agradables, se nota que disfrutan conociendo a sus lectores más fieles. Sólo he tenido una experiencia mala con una autora, pero me la guardo para mí. En general el ambiente es fantástico, una fiesta de la lectura en toda regla.
Dada la proximidad de la Feria se me ha ocurrido recomendaros algunos grandes favoritos de siempre que todavía no habían salido por aquí. Empiezo con un gran favorito que no me canso de recomendar: Libertad de Jonathan Franzen. Tengo especial predilección por los autores norteamericanos, sobre todo los que como Franzen critican su sociedad con maestría y mano izquierda. Esta novela aborda la historia de los Berglund, una familia ideal y modélica del Medio Oeste americano que cuando llega el nuevo milenio se derrumba como un castillo de naipes. A lo largo de las décadas Franzen nos desgrana a cada miembro de la familia desde todos los puntos de vista posibles. Es una crítica ácida y contundente de la sociedad americana y, sobre todo, a la guerra de Irak. El hilo argumental de la novela (y de la mayoría de sus obras) es la libertad: qué hacemos con ella y para qué la utilizamos en cada momento de nuestra vida.
He leído todas sus novelas y siempre me gustan pero esta es mi gran favorita. Si como a mí os gusta el tema americano os recomiendo otros autores como Douglas Kennedy, Homes, Shriver, y Dominick Dunne.
Vamos con la segunda recomendación feriante, esta vez, un autor nacional: El Diablo tras el jardín de Ginés S. Cutillas. Esta es una de esas novelas que se quedan contigo para siempre y creo que es porque en la trama tiene un gran peso el abuelo de los protagonistas (a mi dame un abuelo y ya me tienes prácticamente conquistada).
Recupero un extracto del libro para que os hagáis una idea de qué os estoy hablando:
“No son las lecturas las que hacen grandes a los lectores, sino los lectores los que hacen grandes las lecturas, descubrí durante el largo verano en solitario. Los libros no son más que un punto de encuentro entre múltiples personas que no se conocen. Cuando todas estas, las que han transitado por sus páginas, se ponen de acuerdo para enaltecer el libro, entonces, y sólo entonces, este pasa a otro nivel, se eleva por encima de los demás, como los evangelios auténticos sobre los apócrifos.”
Desde que publicaron este libro tenía ganas de leerlo y nunca lo encontraba o al final no me decidía a llevármelo. Tuve la suerte de que la biblioteca de Eugenio Trías (también en el Retiro) acudiera en mi rescate y lo devolví con mucha pena al acabarlo. La historia trata sobre Tito y Ximo, dos hermanos que al fallecer su abuelo descubren un juego escondido en su enorme biblioteca. Con él su abuelo quiere enseñarles los grandes clásicos y, sobre todo, darles una especie de instrucciones para vivir su futuro sobre la base de lo que otros hicieron en el pasado. Si tienes suerte, cuando termines de leer un libro, sentirás tristeza. Como me pasó a mí con este, sólo quería saber mas de Tito, de Ximo, de sus padres, sus amigos y su biblioteca. Sobre todo de la biblioteca de ese abuelo que quiere seguir presente en la vida de sus nietos aunque ya no estuviera en este mundo. Este libro trata de muchas cosas pero principalmente de la familia y del fin de la infancia. Una preciosidad que seguro no os arrepentiréis de leer.
En tercer y último lugar, os traigo otro gran favorito: Los extraños de Jon Bilbao. He leído toda la obra de este autor asturiano pero destaco este libro porque es el primero que leí y el que me convirtió en adicta a su pluma. Una pareja, Jon y Katarina, decide pasar unos días en la casa familiar de él en el pueblo de Ribadesella cuando dos extraños se plantan en su puerta alegando uno de ellos ser primo del protagonista. Jon no quiere ser descortés y cómo es consciente de tener una gran familia los acoge en la suya, a pesar de no tener ni la más remota idea de quienes son. A partir de ahí todo lo que elucubréis no se parecerá en nada a lo que ocurre en la novela. Tendréis que leerla para saber la historia en la que encontramos ¡hasta extraterrestres!.
Después continué con otro libro suyo, Basilisco que me terminó de cautivar y eso que tenía todos los ingredientes para no gustarme: capítulos auto conclusivos y una parte de western. Sin embargo, reencontrarme con Jon y Katarina en un momento posterior al de Los Extraños me encantó. Jon Bilbao consigue mezclar una historia actual con una onírica e incluso sobrenatural del pasado. Y consigue que casen perfectamente. Para mí es de los mejores autores que tenemos en España y en otoño saca nueva novela, si os lo encontráis en la Feria no lo dudéis, lanzaos a saludarle.
La semana que viene os traeré otras tres recomendaciones para celebrar la Feria del Libro, espero que estas os hayan gustado y, sobre todo, que les deis una oportunidad. Porque no podré recomendaros un coche, un restaurante maravilloso o cualquier otra cosa, pero un libro sí. Con los libros no fallo nunca. Hasta muy pronto y gracias por leer el Diario de Madrid y leerme a mí.
