La Puerta del Sol se prepara para estrenar la próxima semana un nuevo sistema de toldos que proporcionará sombra a los transeúntes por primera vez en sus 163 años de historia. La instalación, que avanza en su fase final, fue supervisada este martes por la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto al concejal del distrito Centro, Carlos Segura.
Tras completar la adecuación de los bancos, la instalación de mástiles y los anclajes en las fachadas, los técnicos han iniciado ya la colocación de las lonas, compuestas por 32 velas textiles de color claro que cubrirán parcialmente la emblemática plaza durante los meses más calurosos, desde mayo hasta octubre.
Una intervención inédita, avalada por Patrimonio
La solución arquitectónica, basada en estructuras auxiliares no permanentes, ha sido cuidadosamente diseñada y avalada por la Comisión Local de Patrimonio Histórico, que consideró el proyecto “viable” en 2023 tras varias fases de estudio. Esta intervención representa una respuesta técnica y respetuosa con el entorno, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y ha sido desarrollada junto al equipo del arquitecto José Ignacio Linazasoro, autor del proyecto original de remodelación de la plaza.
García Romero ha destacado que “es la primera vez que se logra incorporar sombra a esta plaza histórica, y lo hemos hecho respetando al máximo su valor patrimonial”. Por su parte, Segura ha recordado que “era una demanda reiterada de los vecinos y de todos los madrileños en los meses de calor”.
Un proceso técnico complejo
La intervención ha requerido dos proyectos paralelos: la fabricación y colocación de los toldos y la obra civil para adaptar los bancos de granito, cuyos interiores han sido cajeados para alojar placas de acero que sirven de contrapeso a los mástiles. Todo ello para evitar interferencias con la densa red de infraestructuras subterráneas —Metro, Cercanías y galerías técnicas— que impidió alternativas como la plantación de árboles.
Los cálculos estructurales para garantizar la resistencia al viento han sido clave, y han implicado la participación de ingenieros especializados que definieron una solución innovadora sin cimentaciones profundas, imposibles de ejecutar en este entorno urbano.
Una inversión de 1,5 millones para mejorar la experiencia urbana
El conjunto de la actuación ha supuesto una inversión total de 1,5 millones de euros, financiada a través del acuerdo marco de obras de urbanización del Ayuntamiento. Los toldos podrán desmontarse fuera de temporada, manteniendo así la integridad visual y funcional de la plaza el resto del año.
Con esta actuación, Madrid avanza en la humanización y mejora climática del espacio público, combinando soluciones técnicas avanzadas con un enfoque sensible al valor histórico y simbólico de sus monumentos más reconocibles.
La Puerta del Sol, núcleo simbólico de la capital desde su configuración actual en 1862, se adapta así a las nuevas exigencias climáticas y de confort urbano, sin renunciar a su esencia patrimonial.