Greenpeace ha organizado este miércoles una acción de protesta en Madrid para denunciar la complicidad del Banco Santander en la deforestación de la Amazonía, a través de su vinculación financiera con JBS, la mayor empresa cárnica del mundo y líder en emisiones de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes.
La protesta ha tenido lugar frente a la sede del Santander en la calle Juan Ignacio Luca de Tena, en el barrio de Canillejas, donde activistas han desplegado pancartas y pegado imágenes de animales amenazados como el jaguar, el manatí amazónico o la nutria gigante. Desde una estructura elevada del edificio colgaron una gran lona con el mensaje: “Santander nos está matando. El banco Santander financia la deforestación en la Amazonía”.
JBS, presente en múltiples países, tiene un largo historial de promesas incumplidas para eliminar la deforestación de su cadena de suministro. Tras comprometerse en 2009 a detener la deforestación directa e indirecta antes de 2011, ha ido aplazando sus objetivos hasta fijar nuevas metas en 2025, 2035 y 2040, sin avances reales. En enero de 2025, un alto responsable de la empresa reconoció que estas metas eran solo “frases aspiracionales”.
Santander, a pesar de conocer las prácticas de JBS, sigue financiando sus operaciones, según Greenpeace. Un informe de Global Witness reveló recientemente que el 75% de los proveedores de JBS en los estados brasileños de Pará y Mato Grosso han violado la legislación forestal en los últimos cinco años, afectando gravemente al hábitat del jaguar. Uno de esos proveedores destruyó más de 1.200 hectáreas en una zona ecológica protegida, pese a sanciones gubernamentales.
Para Greenpeace, esta situación muestra que el banco no solo apoya económicamente a una de las mayores responsables de la deforestación global, sino que se beneficia de ello, en especial a través de su filial brasileña. Además, la ONG cuestiona que el Santander suscriba bonos “verdes” mientras sostiene relaciones con actores como JBS.
Con esta acción, Greenpeace exige que el Santander cese inmediatamente su financiación a JBS y asuma su responsabilidad en la crisis climática y ecológica que amenaza a la Amazonía y a su biodiversidad.