Así se puso de manifiesto en la jornada de clausura del XIV Congreso Internacional de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), celebrado recientemente en Madrid.
El debate, titulado “Las asociaciones, actores clave en el impulso de los nuevos recursos hídricos”, reunió a representantes de entidades de referencia a nivel global: la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso (ALADYR), la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (ACADES), la European Desalination Society (EDS) y la Asociación Española de Empresas Gestoras de Agua Urbana (DAQUAS). La sesión fue moderada por Mª Carmen García Panadero y Domingo Zarzo, miembros del Consejo de Dirección de AEDyR.
Durante la mesa redonda, los expertos subrayaron la urgencia de avanzar en soluciones tecnológicas sostenibles que permitan diversificar las fuentes de agua en un contexto de creciente estrés hídrico. También coincidieron en la necesidad de romper barreras regulatorias y sociales para garantizar la aceptación de prácticas como la reutilización indirecta o el uso del agua regenerada en entornos urbanos.
La desalación y el reúso, claves para la seguridad hídrica global
Angélica Rivera, representante de ALADYR, defendió la labor que su entidad realiza en Latinoamérica como plataforma técnica y de diálogo multisectorial. Rivera destacó que la cooperación entre gobiernos, empresas y comunidades locales ha permitido avanzar en proyectos más eficientes en países como Chile, México, Perú o Colombia, altamente vulnerables al estrés hídrico.
Por su parte, Cristina Pardo de Vera, de ACADES, explicó el papel de su asociación en la creación de ecosistemas colaborativos entre operadores, reguladores e inversores para acelerar la implementación de iniciativas de reúso tanto en la industria como en los municipios. Subrayó que en Chile se trabaja activamente para reducir la complejidad regulatoria y potenciar proyectos multipropósito.
Desde una perspectiva europea, Álvaro Lagartos, de la European Desalination Society, resaltó la función de EDS como centro de transferencia de conocimiento y tecnología en el arco mediterráneo. Lagartos defendió que las nuevas plantas deben optimizar su huella energética y responder a los desafíos de la contaminación emergente, además de integrarse en proyectos estratégicos como la producción de hidrógeno verde.
En el ámbito nacional, Pedro Rodríguez Medina, portavoz de DAQUAS, puso el foco en la aplicación del agua regenerada en los servicios urbanos y en la necesidad de fortalecer la confianza social en su uso. Rodríguez destacó que DAQUAS trabaja con operadores públicos y privados para armonizar la normativa con la práctica operativa, además de fomentar acciones divulgativas que acerquen estas soluciones a la ciudadanía.
Asociaciones como motor de cambio hídrico y climático
El congreso concluyó con una reflexión común: las asociaciones del sector hídrico no solo impulsan la innovación técnica, sino que actúan como puentes entre regiones, sectores y administraciones, promoviendo la sostenibilidad, la resiliencia y la gobernanza eficiente del agua.
“Nos llevamos una visión global y compartida del papel que desempeñamos en la promoción de la desalación y el reúso, no solo como tecnologías, sino como herramientas estratégicas frente a los retos del cambio climático”, afirmaron los moderadores. “Desde AEDyR agradecemos la implicación de estas entidades y confiamos en que el diálogo iniciado continúe más allá de este encuentro, generando nuevas oportunidades de colaboración”.