Montecarmelo

Ecologistas advierten que más de 200 árboles muertos o moribundos tras el supuesto trasplante del Ayuntamiento en Montecarmelo

Ecologistas, asociaciones vecinales y expertos denuncian una “tala encubierta” y exigen la reposición del arbolado y la reubicación del megacantón previsto

Ecologistas FRAVM
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Tres meses después del inicio de las actuaciones que el Ayuntamiento de Madrid calificó como un “trasplante de árboles” en el Parque de Montecarmelo, al menos el 84% del arbolado afectado está muerto o en proceso de morir, según un detallado informe presentado por Ecologistas en Acción, la Mesa Ciudadana del Árbol, la Asociación Vecinal de Montecarmelo y la Plataforma de Afectados por el Cantón de Montecarmelo, con el respaldo de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).

El documento, titulado ‘La verdad sobre el supuesto trasplante del Ayuntamiento de Madrid en el Parque de Montecarmelo: más de 200 árboles condenados en una tala encubierta’, expone con imágenes, estudios técnicos y testimonios cómo lo que se presentó públicamente como una actuación ambientalmente responsable terminó en un arboricidio masivo.

Un supuesto trasplante fuera de temporada y sin garantías

De los 207 árboles afectados, 104 fueron talados directamente y 103 fueron supuestamente trasplantados a apenas 30 metros de su ubicación original. Sin embargo, al menos 70 de estos árboles ya han muerto o presentan síntomas claros de deterioro grave, mientras el resto también muestra un estado preocupante, según el inventario recogido por las entidades denunciantes.

El trasplante se ejecutó fuera de la época recomendada, ya que la parada vegetativa termina en marzo, pero las intervenciones se realizaron entre el 9 y el 30 de abril. Además, los permisos estaban caducados el día que comenzaron los trabajos, hecho que forzó una suspensión temporal. Sin embargo, al día siguiente, los trabajos continuaron sin mostrar la supuesta ampliación de la autorización a los representantes vecinales.

Entre las especies dañadas se encontraban cedros, almendros, coníferas y olmos, muchos con más de 20 años de antigüedad. La tala se produjo en plena época de floración y anidación, lo que provocó la destrucción de nidos, huevos e incluso polluelos, como constató una Acta de Constatación de Hechos del Seprona, levantada el 29 de abril tras una denuncia de los vecinos.

Improvisación y desprecio por la legalidad

Uno de los aspectos más graves denunciados en el informe es la improvisación absoluta del Ayuntamiento de Madrid, que modificó en plena ejecución el número de árboles a trasplantar, pasando de 18 a 103, y utilizó dos estudios distintos de la vegetación afectados por la futura construcción del megacantón industrial y base del Selur, adjudicados a Urbaser, para justificar las actuaciones.

Cabe destacar que el 22 de abril, en mitad de las talas, el Ayuntamiento fue notificado de una sentencia judicial que anulaba la ubicación de dichas instalaciones por tratarse de una infraestructura de carácter industrial en suelo no habilitado para tal fin. Pese a ello, las obras continuaron como si nada, ignorando la resolución judicial y vulnerando, según los denunciantes, el principio de prudencia que debe regir la actuación de una administración pública.

Condiciones inadecuadas para la supervivencia

El informe detalla con precisión cómo se incumplieron todos los requisitos técnicos mínimos para un trasplante viable:

  • Suelo lleno de escombros, sin calidad ni nutrientes adecuados.

  • Cepellones defectuosos o sin protección, con raíces dañadas o cortadas incorrectamente.

  • Falta de vivero intermedio, a pesar de que el propio Ayuntamiento ha reconocido en otros casos la necesidad de esta medida.

  • Ausencia total de sistema de riego, limitándose al paso ocasional de una cuba de agua en una furgoneta.

  • Exposición directa al sol y al calor, sin protección alguna, agravando la muerte progresiva de los árboles.

Las imágenes y vídeos recogidos en los anexos del informe muestran cómo árboles de gran porte fueron maltratados y manipulados de forma inapropiada, cayéndose tras el trasplante o necesitando ser apuntalados con barras de hierro y cemento por su falta de estabilidad.

Desprecio institucional y falta de diálogo

El informe señala directamente al alcalde José Luis Martínez-Almeida, al delegado de Medio Ambiente y Urbanismo, Borja Carabante, y al concejal de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez-Páramo, como máximos responsables de lo que califican de tala encubierta y planificada con total desprecio hacia la ciudadanía.

“No hemos sido escuchados ni una sola vez. Llevamos más de un año pidiendo una reunión con el alcalde, que ha ignorado las 14.000 firmas registradas por el vecindario en mayo de 2024”, afirma María Torrens, portavoz de la Asociación Vecinal de Montecarmelo.

Los colectivos implicados destacan que el proyecto industrial de 10.000 m² que se pretende construir afecta directamente a más de 4.200 alumnos de los centros escolares cercanos, destruyendo el único pulmón verde en el entorno y eliminando un espacio natural de conexión con el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, a solo 156 metros del área afectada.

Reivindicaciones vecinales y legales

Ante lo sucedido, la Plataforma de Afectados por el Cantón de Montecarmelo ha interpuesto una denuncia por presuntos delitos medioambientales, actualmente en fase de tramitación en los Juzgados de Plaza de Castilla.

Las entidades firmantes del informe exigen:

  • La reposición inmediata del arbolado, en cantidad y calidad equivalente, en la parcela original (26.2b), tal y como exige la Ley 8/2005 de Protección y Fomento del Arbolado Urbano.

  • La reubicación del megacantón y base del Selur a una zona industrial, alejada de colegios y viviendas.

  • Una rectificación pública y apertura al diálogo por parte del Ayuntamiento.

  • El respeto al clamor vecinal, que defiende el mantenimiento del Parque de Montecarmelo como zona verde de uso público y valor ecológico.

Cementerio verde como legado

El informe concluye que “nunca fue un trasplante”, sino un proceso planificado de eliminación del arbolado para liberar espacio para un proyecto industrial, vulnerando normativa ambiental, desoyendo sentencias judiciales y sin atender a los principios básicos de buena administración.

Hoy, donde había un bosque vivo, hay un cementerio de árboles.

Una zona que durante más de 20 años fue el corazón verde del barrio, ahora está marcada por la improvisación, la desinformación y la maquinaria pesada.

Mientras los árboles se secan bajo el sol del verano, la ciudadanía sigue esperando que la Justicia y el sentido común pongan freno a lo que muchas voces ya consideran uno de los mayores escándalos medioambientales recientes en la ciudad de Madrid.