El Gordo de Navidad

El Gordo ya no compra lo mismo: el piso que podías adquirir en Madrid hace diez años y el que permite comprar hoy

El premio máximo de la Lotería de Navidad mantiene su cuantía, pero el encarecimiento de la vivienda en Madrid ha reducido drásticamente su poder de compra

Lotería de Navidad
photo_camera Lotería de Navidad

Ganar ‘El Gordo’ de la Lotería de Navidad sigue siendo un golpe de suerte extraordinario, pero su capacidad real para facilitar el acceso a una vivienda en Madrid ha menguado de forma evidente en la última década. El primer premio reparte 400.000 euros por décimo, que tras impuestos se quedan en 328.000 euros netos, una cifra que hace diez años permitía comprar un piso medio en la capital y que hoy resulta insuficiente en la mayoría de los distritos.

Según datos del portal inmobiliario Idealista, el precio medio del metro cuadrado en Madrid se ha más que duplicado en diez años. En noviembre de 2015, el metro cuadrado costaba de media 2.740 euros, mientras que en noviembre de 2025 ha escalado hasta 5.758 euros. Traducido a un piso tipo de 80 metros cuadrados, el precio ha pasado de 219.200 euros a 460.640 euros. La diferencia es contundente: con El Gordo antes se compraba vivienda sin hipoteca; ahora, ni siquiera alcanza.

Distritos donde El Gordo ya no llega

El impacto del encarecimiento es aún más visible al analizar los distritos madrileños. En 2015, con los 328.000 euros netos del premio se podía adquirir un piso de 80 metros cuadrados en prácticamente toda la ciudad. En 2025, solo algunos distritos periféricos permiten una compra íntegra.

Zonas como Villaverde (220.000 €), Puente de Vallecas (248.240 €), Usera (261.520 €), Carabanchel (282.000 €) o Vicálvaro (297.200 €) siguen estando dentro del alcance del premio. Sin embargo, en áreas como Centro, Salamanca, Chamberí, Chamartín o Retiro, donde los precios superan ampliamente los 600.000 euros, El Gordo apenas cubre la mitad del coste.

El caso más extremo se da en el distrito de Salamanca, donde un piso medio de 80 metros cuadrados ronda los 796.000 euros, más del doble del premio neto. Incluso distritos tradicionalmente intermedios como Tetuán, Moncloa o Arganzuela superan ya los 450.000 euros por vivienda tipo.

Un premio congelado frente a un mercado disparado

El importe de ‘El Gordo’ no se ha actualizado desde 2011, cuando pasó de 300.000 a 400.000 euros por décimo. Desde entonces, la inflación acumulada ronda el 30% y el precio de la vivienda se ha incrementado de forma mucho más intensa. Según el Ministerio de Vivienda, el precio medio del metro cuadrado en España alcanzó en 2025 su nivel más alto desde 2008, con 2.093 euros de media, y en Madrid el encarecimiento ha sido todavía mayor.

El economista Santiago Niño Becerra lo resume con una perspectiva histórica muy clara: “En 1920, con El Gordo de la Lotería de Navidad, podías comprarte 24 casas; hoy, como mucho, una”. Una afirmación que ilustra la pérdida de poder adquisitivo del premio frente al mercado inmobiliario.

De comprar una casa a pagar la entrada

Expertos financieros coinciden en que El Gordo ya no garantiza un cambio de vida, especialmente en grandes ciudades. En la práctica, el premio permite pagar deudas, aportar una entrada para una hipoteca o mejorar la estabilidad financiera, pero rara vez comprar una vivienda al contado en mercados tensionados como Madrid.

Los datos de encuestas recientes reflejan este cambio de mentalidad: casi cuatro de cada diez españoles destinarían el premio a la compra de vivienda, aunque asumen que será necesario recurrir a financiación. Otros priorizan reducir deudas o crear un colchón económico, en un contexto marcado por la inflación, el encarecimiento del crédito y la presión sobre los salarios.

La ilusión permanece, los metros cuadrados no

El Sorteo de Navidad mantiene intacto su valor simbólico y emocional, pero la realidad económica es otra. El Gordo sigue siendo una fortuna, aunque cada año compra menos metros cuadrados en Madrid. La vivienda se encarece, el premio permanece congelado y el acceso a un hogar propio se convierte, incluso con suerte, en un desafío cada vez mayor.